Seguidores

jueves, 18 de junio de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO: UN NUEVO MUNDO



Muchos de los que transitamos por este mundo en que vivimos, en mayor o menor grado, podemos dar un detalle favorable o no, de cómo nos fue con el paso de los años.
Si pudiéramos detallar tal cual fue pasando nos parecería todo fácil, pero los años vividos fueron muchos, tal vez, o puede que no hayan sido suficientes para ser resumidos, pero, así y todo, ni de una forma ni de otra, el detalle .por minucioso que fuera- no alcanzaría tal vez para expresar a fondo todo aquello que fue pasando.
Ese ayer, por haberlo vivido, nos sirve para recordar lo que fue con todo lujo de detalle y de esa forma podemos hacer un balance hasta llegar a un resultado final que puede ser bueno o no.
Pero ese ayer ya pasó; nada de lo vivido puede cambiarse ni retocarse por mucho que quisiéramos y todo lo bueno que desearíamos que volviera otra vez sería imposible.
Por suerte también lo malo que puede haber pasado quedó atrás y revivirlo otra vez sería un lamentable error. Entonces nos encontramos en medio del camino y nos parece ver delante nuestro un panorama mucho mejor.
¿qué debemos hacer entonces? No lamentarnos por todo lo que no pudo ser –si no fue bueno- ya que de nada sirven las quejas. Ya es tarde para corregir posibles errores, y por mucho que deseáramos, cambiar no se podría.
Nos encontramos entonces en un determinado momento en nuestra vida en donde, con suerte, podríamos desenvolvernos mejor para que cada instante pueda ser vivido con plenitud.
Lo que se fue, quedó atrás, ya no sirve, si fue bueno, ya pasó, y si fue malo, lo mejor es el olvido.
Solo nos queda un nuevo mundo -el de un mañana, dios mediante- si podemos disfrutarlo, debemos comenzar a planificarlo con nuestros mejor atención.
Repetir viejos errores sería contraproducente. La vida enseña.

Algo debemos haber aprendido.

Autor: Eduardo.

Más relatos de nuevos mundos, aquí.

viernes, 12 de junio de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO: SIETE PECADOS CAPITALES

Esta semana nos conduce Charo

Mi aporte:



Después de mucho pensar, he llegado a una serie de condiciones; he dejado atrás la PEREZA de hacer un análisis completo de mi forma de pensar.

Entiendo que mi relato debe ser completamente sincero, es decir, no tener ni la más remota idea de encerrarme en una recopilación de cosas mías que lógicamente conozco yo y cometer el error de que aparezca en mi pensamiento la AVARICIA de retener o esconder mis errores para evitar que sean conocidos.

Entiendo que no debo tener la SOBERBIA de creer que soy tan perfecto hasta considerarme superior a los demás.

Por otra parte considero muy importante que la ENVIDIA que pueda yo sentir hacia los demás, si es la que hay, desaparezca, .

Entiendo que debo apartar de mí todo lo que considere de tan poco valor como para pensar que no soy un símbolo para nada, ya que eso como tantas cosas, de mantenerse en mí, me haría sentir que estoy en una forma de vida equivocada.

Para poder cumplir con todos estos deseos, no debo permitir que me domine la IRA, ya que a la inversa, necesito la mayor calma para un mejor razonamiento de todo.

Debo también tratar de conseguir que el deseo de ser el dueño de todo llegue a hacerme sentir esclavo de todo tipo de GULA tan despreciable como si me sintiera prisionero de la LUJURIA.
Al conseguir todo eso, pienso en lo que debe ser vivir en paz.

Conviene probar, no debe ser tan difícil y si puede conseguirse, se podrá tener la satisfacción de saber vivir con la conciencia tranquila.

Autor: Eduardo


viernes, 5 de junio de 2015

ESTE JUEVES, UN RELATO: No es oro todo lo que reluce

Esta semana nos conduce Tere


Muchas veces notamos la enorme diferencia que existe entre lo que nos muestran y lo que realmente vemos.

Podríamos darnos cuenta que cuando asistimos a un teatro, vemos sentados en nuestra butaca, el desarrollo de la obra y seguimos el argumento, es decir, vemos lo que se nos quiere mostrar. Y vemos de a poco que participamos en el tema que está sucediendo. Nos parece a veces que somos los protagonistas de lo que sucede sobre el escenario.

Pero si miramos la misma obra desde algún otro lugar, entre bambalinas, lo que podríamos apreciar, es completamente distinto y el desarrollo del argumento de lo que se está representando, nos parecería completamente diferente. Por esa razón, debemos tener cuidado con todo lo que se nos quiere mostrar, ya que muchas veces, lo que observamos no es el reflejo fiel de la verdad, sino que, por el contrario, algo o alguien trata de lo que vemos no sea lo real.

No siempre todo es lo que aparenta ser, sino que puede ser a la inversa, y por alguna razón se nos oculta.

Es cuando toma vigencia el dicho “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.

Por ese motivo conviene aprender y comprobar lo que alguien dijo alguna vez:

“hay que aprender a conocer a los rengos de sentados, y si es posible, aunque no los veamos escribir, sepamos cuál mano usa”.

La vida enseña, debemos aprender a distinguir a diario todo lo que se nos presenta.


Esto sí, esto no.


Autor: Eduardo