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jueves, 5 de diciembre de 2013

ESTE JUEVES, UN RELATO: El convento




No recuerdo cómo fue...

Pero sin haber imaginado que eso podía ser posible, ¡fue!

Recuerdo que de golpe, como en un sueño, me encontraba yo en la puerta de algo así como un convento, para mí, desconocido.

Por curiosidad, pensaba hacer una visita a ese lugar, era la primera vez que lo veía, y sin saber por qué, me encontraba completamente solo, sin entender.

Sentí que salía de algo así como un mundo donde yo estaba y trataba de entrar en otro totalmente desconocido.

No tenía idea de lo que era, pero sentía una sensación extraña y dudaba en transponer su puerta.

Y comenzaron las preguntas...

¿qué podía aportar yo entrando en ese lugar con mis vivencias -que eran muchas- pero que no tenían ningún valor para nadie y me preguntaba en mi ignorancia, qué beneficio podría yo encontrar en ese lugar, entrando en él.

Y las dudas seguían...

Sentía una extraña curiosidad; me encontraba en la puerta, sólo necesitaba cruzarla y a pesar de querer hacerlo, no podía porque algo me frenaba.

Ene se momento y sin saber por qué, me pareció que alguien que habitaba en ese sitio, se acercaba a mí para conversar y creí que me preguntaba cómo era mi forma de vivir.

Sentí mucho miedo, pero a pesar de eso, noté que la puerta seguía abierta, como esperándome pero no pude trasponerla.

Hoy me pregunto por qué razón no me animé a conocer lo que suponía era todo paz y silencio, en lugar de seguir viviendo en al forma en que vivía, sabiendo que eso no era vivir.

Fue entonces en que en un momento de ese sueño, comprendí de inmediato que en ese lugar equivocado en el que yo vivía, tenía como toda puerta, un cerrojo para una llave que yo tenía en mi poder.

Me vi cerrar la puerta con esa llave y la tiré luego en algún lugar, no sé dónde, pero al tiré.

Y aquel que una vez me preguntó cómo era mi forma de vivir, ya no lo volverá a hacer, ahora lo sé bien, lo sabemos bien los dos, ya no hará falta la pregunta aquella y menos mi respuesta.

Hoy lo sé, tarde pero lo sé. no necesito ninguna llave, la puerta sigue abierta.

Allá voy...


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22 comentarios:

  1. Suelen pasar cosas de esas y al final del desconcierto surge la luz.

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  2. Tal vez entonces no era el momento, a veces se necesita apartarse de la meditación para actuar.

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  3. Tal vez sea que todo tiene su tiempo. Tarde o temprano, llegarán las respuestas, al menos eso imagino...
    Besos!
    Gaby*

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  4. La puerta sigue siempre abierta, no hay prisas.
    Un abrazo.

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  5. Me ha gustado tu relato, entiendo que hay una lucha entre uno mismo y su mundo interior y llegará el momento en que los dos confluyan en armonía...

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  6. Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar

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  7. ... la puerta sigue abierta... y algún día habremos de franquearla. Saludos.

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  8. Los sueños a veces son el reflejo de aquello que vivimos, que nos inquieta, En este caso esa puerta está, si uno descubre que no necesita llave ya es una señal.
    Gusto leerte Eduardo.
    Un abrazo.

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  9. Genial Eduardo. Las puertas deben permanecer abiertas para elegir, y siempre nuestro camino está presente, aunque no lo veamos.
    Un beso y gracias por participar

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  10. Hoy tu escrito, es un poco más relato pero nunca dejas de lado ese lado reflexivo, tan tuyo, que tanta buena inquietud nos despierta.

    un fuerte abrazo

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  11. Pienso que todos, en alguna ocasión, nos hemos cuestionado nuestra forma de vivir y hemos vislumbrado otras formas de vida, otros rumbos que nos gustaría experimentar y vivir. ¿porqué no lo hacemos?. Tal vez por falta de decisión o tal vez porque muy en el fondo de nosotros, pensamos que no es tan mala la vida que llevamos. Como tú bien dices, la puerta está abierta.
    Un abrazo.

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