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jueves, 6 de febrero de 2014

Este jueves un relato: En prisión



En este mundo en que vivimos, con el correr del tiempo, notamos que hay dos formas distintas de encarar nuestros actos y nuestros pensamientos. Uno es vivir bajo la modalidad de copiar lo que los demás nos imponen y sentir y pensar lo que el común de mucha gente hace o dice.
Esa forma de pensar se concentra en una costumbre que, sin darnos cuenta, nos lleva a vernos encerrados en un tipo de ideas determinado y aunque no lo notamos, esa forma de vida se convierte en una especie de encierro o prisión que no nos permite ser como debiéramos ser.
De a poco notamos que sólo nos limitamos a seguir lo que los demás nos quieren imponer.
Entonces nos encontramos de golpe con que lo nuestro, no es nuestro, solamente es copia del sentir de algunos y cuando nuestra propia personalidad se derrumba, sentimos que no somos nada, que lo que hacemos o decimos está sujeto a lo que los otros quieren que hagamos.
Dejamos de ser personas; apenas somos títeres que funcionan porque algo o alguien nos dirige.
En cambio, hay otra forma de entender la vida, es la de apartarnos de esa costumbre de seguir lo que “está de moda” para comenzar a tener ideas propias, según sea nuestra manera de asumir lo que creemos correcto, filtrando lo negativo para tener el enorme placer de ver que, para los demás pueda ser una conducta digna de ser ejemplo.
Nos queda a cada uno de nosotros elegir lo mejor posible.
A todos nos debe gustar por las noches apoyar la cabeza en nuestra almohada para descansar con la conciencia tranquila.

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14 comentarios:

  1. La gente que trata de imponer algo a los demás hace algo que le impusieron.
    Alguien tiene que romper esa cadena de imposiciones para hacer lo que realmente desea o necesita hacer.

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  2. Vivir dentro del rebaño, con las reglas del rebaño y las actitudes del rebaño, conforme a lo que se espera en todo momento de nosotros o vivir con los demás pero con ideas propias, no uniformado, de acuerdo a las reglas que nos dicte en cada momento nuestra propia conciencia.
    De esta segunda manera estaríamos, sin duda alguna, algo más libres, menos presos.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Vaya que si, tienes razón como siempre. Tus reflexiones son una verdadera lección. Hay que actuar con criteri propio y no como los demás esperan que lo hagas; aunque la presión social es tan fuerte, que a veces es difícil ser tu mismo.
    Un abrazo

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  4. Hay un grupo de rock de mi país, que tiene una canción, encarada como es su costumbre desde el humor, que dice: "no quiero ir donde todos van", y en realidad, lo que pretende es nadar contra la corriente o no dejarse llevar por ella. Dejarnos arrastrar por las mayorías es generalmente perder nuestra identidad. Ser presos de las masas, obviamente no está bueno, lo bueno es defender aquello en lo que se cree, piensa y desea para nuestra propia vida. Muy buena tu reflexión Eduardo!
    Besos;
    Gaby*

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  5. Muy buena reflexión Eduardo, estoy dentro del segundo grupo de personas, esas que no siguen mucho a la manada, que no ve televisión, ni hace las cosas como me fueron implantadas cuando nací. Pero todo me cuesta más, soy la oveja negra, la que siempre da sorpresas, eso sí nunca hice nada malo ni lastimé a nadie, pero siempre sigo a mi corazón. Un abrazo.

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  6. Muy buena reflexión. Personalmente no me gusta una ni otra vía de las que cuentas, no copiar, en absoluto, menos aún enjaularme en unas ideas. Así he tratado de ser y no he caído en esa prisión que refieres.
    Un abrazo.

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  7. Da mucha paz, apoyar por la noche la cabeza en la almohada y sentirse en armonía con uno mismo y con el mundo. Pienso que vos, lo has logrado....

    un fuerte abrazo

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  8. Vivir fuera de lo que somos y sentimos realmente es una prisión, para ser felices desde dentro hacia fuera, hay que mostrar lo que somos en verdad y vivir en consecuencia. Siempre acertado Eduardo.
    Un abrazo.

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