Es
cierto, en nuestras vidas, hubo, hay y habrá siempre ese inolvidable conjunto
de personas mayores de quienes aprenderemos todo lo bueno que nos enseñen y nos
sirva de ejemplo y modelo. Familiares, maestros, amigos.
Son
y serán siempre ese grupo de guías –nuestros mayores- que nos señalarán el
camino a seguir –el correcto- esos mismos mayores que estarán siempre a nuestro
lado, procurando apartarnos de los lugares considerados peligrosos y serán
ellos los que nos harán notar la diferencia de lo que debe ser y de lo que no. Y
todo con muy pocas palabras.
Así
aprendimos, nos decían: No…y ese “No” era un “no” sagrado. No terminaba de ser pronunciado
y ya se cumplía. Otras veces se usaba algo más simple que esas dos letras
juntas, y así supimos conocer un método más sencillo, bastaba con que nos
miraran y entendíamos todo, en completo silencio y ya sabíamos lo necesario. Esto
sí, esto no.
Esas
miradas a veces enseñaban más que los libros; muchas veces lo leído, no se
comprendía bien, pero eso que nos decían esos ojos que nos miraban, decían
todo, simple, rápido y completo.
Fuimos
creciendo de a poco y empezamos a razonar y comprender como personas mayores y
no fue necesario tomar ningún curso especial. Ha pasado algún tiempo, quedan
muchos caminos desconocidos para recorrer todavía, queda mucho para aprender,
pero es hora de enseñar lo que aprendimos, lo que dice una mirada cuando enseña,
lo inamovible de un “No” cuando se pronuncia. Todo a su tiempo, pero como debe
ser. Muchas veces no hará falta la palabra que corrija, bastará con que miremos
y será tal vez el mejor de nuestro discurso. Y sentiremos la satisfacción que
experimentan los mayores cuando dejan algo, cuando enseñan, cuando hay alguien
a nuestro lado que aprende. Y no morirá nunca ese deseo de ayudar a los demás, como
nos enseñaron, como seguiremos enseñando, siempre con la idea de que haya
alguien que necesite ejemplos y haya alguien que los de.
Nota:
sé que mi punto de vista es producto de lo aprendido en una época distinta, hoy
seguramente será cuestionado por muchos, pero es así como yo aprendí y sigo
creyendo que puede ser útil.
Más relatos en lo de Gustavo.
No tengo nada que cuestionar, recuerdos esos "NO" y también esas miradas que bastaban. Se que en su momento me hicieron rabiar y también lloriquear.
ResponderEliminarPero hoy, extraño ese respeto, aunque considero el dialogo como un gran camino.
Un abrazo Eduardo.
Con respeto, cualquier diálogo no molesta ni lastima, pero si corresponde que el NO es correcto, debemos obedecer.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Mi madre nos manejaba con la mirada ... pocas veces necesitó algo mas que eso. Era una mirada poderosa. Hoy día se complica poner los límites, lo veo a mi alrededor. Hoy día la cosa es mas dialogada, y no está mal acuerdo con Cecy, pero mucho mas difícil de manejar para los padres. Ni mejor ni peor supongo, ha cambiado el escenario, han variado las costumbres, los chicos tienen otro protagonismo en la escena familiar, la educación es diferente. Altri tempi en suma ... pero una mirada poderosa no vendría mal, solo hay que saber manejarla.
ResponderEliminarUn abrazo amigo Eduardo, espero tengas un buen año.
cuando se mira como se debe, se enseña, se corrige y se cuida.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Más útil que lo usado en esta época, ¡vaya que si lo era!
ResponderEliminarCoincidimos!
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Me acuerdo de la mirada (la de mi abuelo) y de las apacibles explicaciones (las de mi padre) y sobre todo de la confianza y del respeto que acompañaban el trato con los mayores. Aunque todo tenga que evolucionar y transformarse, algo valioso se nos ha perdido en el camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las miradas aquellas enseñaban a cuidarnos, cuando nos decían un NO había una razón, hubiera sido un error la indiferencia.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Es verdad lo que dices, lo que pasa es que en esta época se valora mucho menos que antes a los mayores, ahora hay la cultura de lo inmediato y los jóvenes, a muchos no ven tan claro el aprendizaje, algunos si se dan cuenta y esos si que escuchan con agrado a sus mayores.
ResponderEliminarBien relatado.
Un abrazo
Los mayores, antes que padres, fueron hijos. Algo deben haber aprendido.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Que cierto todo eso que dices y como cada dia es dia de aprender, sin importar los años que tengas. La experiencia, es un libro que siempre tendrá hojas en blanco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo lo que aprendemos sirve para enseñar. Hay que seguir aprendiendo.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Falta disciplina y verticalismo. Coincido totalmente, creo que nadie puede objetar una palabra de lo que expusiste. Solamente dar un vistazo y verán como se les está yendo de las manos. En fin, que nada está perdido. Un abrazo y beso!!
ResponderEliminarHay que seguir en la lucha y no bajar los brazos.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Entrañable recuerdo, pero he aprendido (cada cual a su manera) que los NO rotundos suelen cerrar puertas a los tal vez o a los déjame que lo medite. De todas maneras estoy contigo, conviene decir NO a muchas situaciones en la vida, nos dan miedo, son decisión, a veces siempre decimos si, cuando pensamos noooo, por no contradecir, por miedo, por inercia.
ResponderEliminarCreo también que nada está perdido mientras nos dure la vida y queramos vivirla aprendiendo. Besitos muy cariñosos.
Cuando el NO que damos, es correcto, no puede dañar a nadie.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Te seré sincero, Eduardo. No creo en la rotundidad de un NO o una fulminante mirada, por sistema. Tampoco creo en el diálogo y el razonamiento por sistema. Pienso que los valores se transmiten en primer lugar con el ejemplo, en segundo lugar con la exposición de sus bondades, y si llegado el momento, a pesar del propio ejemplo, a pesar de las enseñanzas, estos no son suficientes argumentos, la firmeza del NO y de la mirada fulminante. Lo anterior no está reñido con el respeto a los mayores ni con el reconocimiento de lo necesaria que su experiencia es como correa de transmisión.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
REspeto tu punto de vista.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
eh, joven eduardo...
ResponderEliminarjoderse, sabes, la verdad es que debería de suscribir las palabras de pepe...
y las suscribo...
sabes, además, me decanto por el sistema...joderse, en realidad es decir lo mismo...me decanto, decía, por la dureza del antaño, dureza entre comillas, sazonada con un algo del presente. por más que lo pienso, siempre los extremos han sido malos. no sé si antaño existía el extremo, pues poco lo rocé o lo toqué. pero sí sé que ahora existe, existe ese dejar a los nenes...ese desentenderse de ellos...y sabes, por más que lo pienso, no me gusta...sabes también una cosa, joven eduardo, es que ahora quien "domina" entre papá y yo es este menda lerenda, es decir, yo...me imagino que tú ahora a la compañera mónica le haces caso y que no es al revés...hablo del paso del tiempo y de los poderes de las personas respecto a otras...por otra parte es NORMAL.... y es que en este hacer caso a...en cierta manera hay educación, se está educando...
medio beso.
Pueden cambiar los tiempos pero seguirá imperando el respeto al consejo bien dado.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Es como dices Eduardo, fue otra época en la que se enseñaba con un simple no, aviso de lo que se suponia no estaba bien. Hoy tambien se utiliza en algunos caso, aunque diría que prefiero el diálogo y el razonamiento , acercan más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo ideales el diálogo, pero cuando haya un NO que corrige y enseña, quesea bienvenido.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Encantada de pasar por tu casa Eduardo, tu eres uno a los que he denominado,"sangre nueva" en los jueves a los cuales vuelvo después de tomarme un año sabático.
ResponderEliminarYo he vivido también la época del NO y no hay nada mas que hablar,no sé si funcionaba, al menos al 100% no porque yo procuraba salirme con la mía aunque luego me cayera la del pulpo,he tratado de hacerlo de otra manera quizás precisamente por eso, pero de lo que no cabe duda es de que hay asuntos en los que no ha lugar al dialogo, no es NO y punto, en la mirada ya saben ellos que es un NO indiscutible.Ahora quizás se hacen las cosas de otra manera y no seria ni mejor ni peor si en la base esta el respeto, la ausencia del mismo no la he tolerado nunca y es fundamental en la educación.
Me ha encantado leerte.Un beso amigo
Muchas gracias por tu visita y por compartir tus experiencias.Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
EliminarQuizás un poco de mas NO vendría muy bien en esta epoca, tanto razonamiento y tantas explicaciones a veces desvirtúan o esencial, hay cosas, hechos y actitudes que sencillamente merecen un NO, simplemente eso sin mas explicaciones.
ResponderEliminarUn abrazo
P.D.: cada vez menos escolares y cada vez mas psico-educadores, algo funciona mal....
Con todo respeto, prefiero aquella época, cuando un NO bien dicho educaba y hacía todo simple.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Creo que ser demasiado severo, no hace que te respeten más, sino que te tengan miedo, tambien creo que demasiada permisividad, ha hecho que los jobenes pierdan el respeto a sus mayores. Como en todo, lo bueno seria arrimar posturas enfrentadas con mano izquierda y mucha buena voluntad, respeto por ambas partes y mucho amor.
ResponderEliminarBesos Eduardo.
Estamos en una época donde conseguir un equilibrio, se complica, debiera ser todo más natural y fácil, y no lo es.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Estoy de acuerdo en aprender de los mayores, pero tanto de sus aciertos como de sus errores, y así se nivela la balanza. Sobre el respeto hacia ellos, me parece fundamental tenerlo y hacerle ver a los jóvenes lo importante que han sido y son en nuestras vidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coincidimos.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Parece que ese NO tiene muchos matices, pero creo que al NO al que tú te refieres es al de la confianza, al de: te creo y te sigo con los ojos cerrados, y fácilmente sustituible por una mirada que dice que no o que si, depende pero es suficiente.
ResponderEliminarUn abrazo
Respeto tu punto de vista.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Esa relación de confianza entre quien es experto y quien nace a la vida está muy bien reflejada en tu escrito. Recuerdo escuchar a mis padres hablar de como sus comentarios sobre alguien o algo determinaban mis reacciones luego, como padre, pude comprobarlo desde el otro lado.
ResponderEliminarAún, de algún modo, eso que cuentas sigue existiendo, cuando entre mayores y jñovenes existe amor.
Un abrazo, Eduard.
Estoy de acuerdo con tu opinión.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Yo creo en lo de predicar con el ejemplo, tenemos que inculcar valores en nuestros niños y la mejor forma de transmitirlos es que vean que los ponemos en práctica cada día.
ResponderEliminarUn beso, Eduardo!
Totalmente de acuerdo. Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
EliminarEs curioso el sentido que has dado a tu relato en comparación con los demás. Eres el último que leo y me veo reflejada en esos mayores de los que tu hablas debido a tu juventud; sin embargo en el resto de relatos, los de las misma generacion más o menos , nos hemos referido a ancianos, abuelos..etc y es que aunque haya abuelos entre nosotros, no nos consideramos mayores.
ResponderEliminarMe gustó leerte.
Un beso
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
me permito transcribir:"Y no morirá nunca ese deseo de ayudar a los demás, como nos enseñaron, como seguiremos enseñando, siempre con la idea de que haya alguien que necesite ejemplos y haya alguien que los de."
ResponderEliminarDeseamos que nos trasmitan experiencia y confianza y cuando algo pensamos que hemos logrado después del camino andado, también deseamos que alguien se beneficie de nuestros yerros...
un fuerte abrazo, Eduardo
Muy de acuerdo con lo que comentas.
ResponderEliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.