Seguidores

viernes, 21 de noviembre de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO: OBSESIONES



Hay veces, que sentimos de improviso encontrarnos en un momento especial, donde se hace necesario razonar ante tal o cual problema que se presenta y sentimos que no estábamos preparados para afrontarlo.

Ante ese tipo de situaciones, debemos tener la calma necesaria que nos permita “apartarnos” de esos malos momentos que nos pueden poner en apuros.

Pero no siempre podemos encontrar la respuesta ideal para combatirlos, quizás por el apuro por llegar a un remedio para solucionarlo nos trabamos más en el intento.

La búsqueda desesperada por salir de ese trance, nos domina y notamos que ha nacido en nuestro pensamiento algo así como una “obsesión” que nos hace creer que nos encontramos más próximos al fracaso que al éxito.

Sentimos una necesidad incontrolable por solucionar el problema lo más rápido posible. Es cuando se hace todo más difícil.

La preocupación excesiva por encontrar lo que quisiéramos termina por lastimarnos y sólo conseguimos aumentar el mal que ya está en nosotros.

Pienso, por ejemplo, que nadie podría conseguir el amor que se busca con arrebatos de furia desmedida, ya que ese amor necesita que no se lo imponga a la fuerza.


Ese amor simplemente llegará, y aunque tarde, cuando llegue sólo bastará con que lo cuidemos con lo mejor de nuestro corazón. Tendremos la esperanza que nunca se irá de nuestro lado.


Más relatos sobre el tema en lo de Leonor

jueves, 13 de noviembre de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO: SUPERSTICIONES



Sucede muchas veces en la vida, que por distintos motivos algo impensado –que por simple casualidad puede aparecer- nos toca tan profundamente que tiene toda la apariencia de ser un tema más serio, aunque no llegue a ser grave.

Puede ser algo simple, pero no sabemos por qué motivo, se adueña de nosotros de tal manera que en forma repentina, nos parece que todo se derrumba a nuestro alrededor y sentimos de golpe, sin saber por qué razón, surge algo que de la nada, va tomando la forma de un drama que termina poco a poco cambiando nuestro razonamiento.

En ese tipo de vivencia que sucede, creamos cosas que no imaginábamos  tener: miedos, fobias y es común que broten algunas formas de supersticiones que creíamos que no nos dominaban, pero nos parece que de la nada brotan o nacen sin que las deseemos. Sentimos en nosotros aparecer con fuerza un miedo desconocido que anula todo nuestra capacidad de razonar con lucidez.

Es el momento de empezar a combatir el mal que se avecina.

Debemos comenzar por el principio, con preguntas que tenemos que hacernos a nosotros mismos.

Esa mala creencia que nos domina debe ser estudiada a fondo para reconocer correctamente si es que hay alguna razón oculta que motive nuestros temores.

Es el momento que necesitamos para aclararnos si lo que motiva nuestro miedo es justificado o si resulta ser sólo algo sin consistencia, surgido de nuestras propias inseguridades.

Nos preguntamos entonces si realmente nuestro miedo tiene alguna razón válida de ser o si solamente responde a una idea equivocada que fabricamos.


Suele suceder que la solución correcta la encontramos apenas nos  replanteamos desde el inicio nuestras propias convicciones, decidiendo superar con voluntad nuestras limitaciones.  Sin tener que recurrir a cábalas o amuletos que nos sostengan.


Más relatos en Lugar de Encuentro

jueves, 6 de noviembre de 2014

MAÑANA INCIERTO


Ya es común comprobar que la forma de vivir que muchas personas tienen, está muy lejos de lo que debiera ser la ideal; de ese ideal que está muy lejos de poder concretarse, aunque transcurra mucho tiempo.

Se podría decir que el buen uso de los deberes que cada uno tiene la obligación de seguir como modelo es cosa que ha ido perdiendo valor. Todo es tomado a la ligera, como algo sin importancia y se puede notar que muchas de esas personas simplemente improvisan un determinado “cumplimiento” –según convenga- de todos los actos, acciones y pensamientos.

Lo otro, lo que antiguamente se consideraba un ejemplo a seguir, quedó en el olvido: hay personas a las cuales no les interesa cumplir con los buenos ejemplos de conducta con que fueron criados: ya no interesan, perdieron vigencia, no convienen, no convencen y se les puede definir como “la dimensión desconocida”, podría decirse, lo que se ignora y no se cumple por conveniencia.

Todo aquello que debió ser correcto quedó atrás, no interesa, no conviene, sólo vale todo aquello que puede servir, lo demás es secundario.

Hay quienes piensan “esto me sirve y me conviene, esto otro no” y lo que no ofrece ninguna ventaja, quedó atrás, así se vive hoy, sólo interesa el ahora, el mañana es secundario y el solo pensar en lo que puede pasar en un futuro ha perdido todo su valor y su interés.

Si se preguntara por ese mañana que cada uno quiere vivir, notaríamos que nadie respondería, sólo se piensa en el hoy: pero ese hoy es tan breve, que de nada vale y nada promete.
Queda poco tiempo para cambiar: mañana puede ser tarde.


Convendría empezar hoy mismo.