Si se me preguntara qué quisiera tener en un futuro, estoy seguro que comenzarían las preguntas, los problemas y las dudas en el momento de tener que elegir.
La duda mayor, sería que tendría tantas cosas para solicitar, que la búsqueda de una respuesta correcta me llevaría, tal vez, tanto tiempo que con seguridad nunca conseguiría dejar terminada esa lista donde quedara registrado lo que no tengo y deseo.
Por eso necesitaría “descubrir o inventar” una máquina especial para fabricar el tiempo que necesitaría para que mis deseos pudieran cumplirse, pero en ese caso, todo sería tan monótono y tan fácil, que creo que llegaría a perder todo tipo de interés, por perfecta que fuera.
Creo que el tiempo necesario para conseguir todo lo que se me ocurra, ya está establecido de antemano, no depende del tiempo que yo quiera tomarme; hay un plazo, y dentro de ese plazo -incierto y tal vez breve- tendría que resolver lo que quisiera sin la ayuda de ningún tipo de máquina.
Por esa simple razón, lo que yo quiera elegir, debe ser, resumiendo, mi pensamiento de acuerdo al envase que necesitara. Conviene desde ya, ir pensando lo que querría hacer, sin soñar con cosas raras e imposibles. De esa forma la máquina tendría lugar suficiente y el tiempo, por breve que fuera, alcanzaría.
Lo bueno y breve, dos veces bueno.
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