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miércoles, 23 de julio de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO: LA MÁQUINA DEL TIEMPO


Si se me preguntara qué quisiera tener en un futuro, estoy seguro que comenzarían las preguntas, los problemas y las dudas en el momento de tener que elegir.
La duda mayor, sería que tendría tantas cosas para solicitar, que la búsqueda de una respuesta correcta me llevaría, tal vez, tanto tiempo que con seguridad nunca conseguiría dejar terminada esa lista donde quedara registrado lo que no tengo y deseo.
Por eso necesitaría “descubrir o inventar” una máquina especial para fabricar el tiempo que necesitaría para que mis deseos pudieran cumplirse, pero en ese caso, todo sería tan monótono y tan fácil, que creo que llegaría a perder todo tipo de interés, por perfecta que fuera.
Creo que el tiempo necesario para conseguir todo lo que se me ocurra, ya está establecido de antemano, no depende del tiempo que yo quiera tomarme; hay un plazo, y dentro de ese plazo -incierto y tal vez breve- tendría que resolver lo que quisiera sin la ayuda de ningún tipo de máquina.
Por esa simple razón, lo que yo quiera elegir, debe ser, resumiendo, mi pensamiento de acuerdo al envase que necesitara. Conviene desde ya, ir pensando lo que querría hacer, sin soñar con cosas raras e imposibles. De esa forma la máquina tendría lugar suficiente y el tiempo, por breve que fuera, alcanzaría.
Lo bueno y breve, dos veces bueno.

Más relatos en lo de María José

jueves, 17 de julio de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO: EL TÚNEL



EL TÚNEL

Sentimos que a veces, sin saber, nos encontramos encerrados en algo así como un túnel; no sabemos por qué, pero no nos importa, seguimos adelante, aprendiendo mucho o poco en cada paso que damos. Todo a ciegas. No tenemos idea de dónde estamos ni a dónde vamos, pero seguimos. Comenzamos de a poco a adaptarnos.

La oscuridad donde nos encontramos no nos permite ver; de a poco vamos aprendiendo cuál es el camino correcto y cuál no; no podemos averiguar mucho, pero seguimos avanzando; a  veces el camino nos parece largo, da a lugar a errores y tropiezos, algunas veces con éxito, otras no, pero seguimos…con la esperanza de encontrar una salida.

Pero nos preguntamos: ¿queremos realmente llegar a ese final que tiene el túnel, por propia voluntad, o preferimos seguir para siempre luchando con él, hoy, contra todo lo que se presenta?
En la vida, aprendemos que todo tiene un comienzo, se trata de una lucha interminable y no nos ocupamos de saber si habrá un final, cercano o lejano, pero que sabemos, está.

Nos encontramos con que no tenemos oportunidad de elegir ni de dar nuestra opinión. Nadie nos preguntó si queríamos tener una vida, simplemente, nos fue dada, y con ella aprendimos –o no- a vivir.

Hoy podemos ver donde estamos, aún rodeados de la oscuridad y del misterio de lo desconocido, al final del túnel al que habremos de llegar, no sabemos si está cerca o lejos. Se me ocurre que lo ideal es hacer lo más grato posible el AHORA en que estamos, tal vez necesitemos un retoque y si nos queda tiempo, corregirlo y mejorarlo.

Pienso que la felicidad que nos pueda acompañar en estos momentos, vale mucho más que la duda de no saber lo que ignoramos.


Vamos a pasar por este mundo una sola vez, hagamos ahora todo lo mejor que podamos, pues no volveremos a transitar por aquí. No debe ser tan difícil.


Más escritos sobre túneles, en  lo de Charo

jueves, 3 de julio de 2014

ESTE JUEVES, UN RELATO: UN MOMENTO ESPECIAL


Si nos pidieran que detalláramos un momento especial que sucedió en nuestra vida, necesitaríamos tal vez, mucho tiempo para encontrarlo y definirlo.

En algunos casos, si fueron pocos, quedaron en el olvido; otros tendrían tan ínfimo valor, que de no haber existido, todo hubiera sido igual, no tendrían matices, serían esos que no dejan huella, ni buena ni mala.

Pero también en nuestras vidas hay otros que quedaron atrás, breves, lejanos, pero que se recuerdan con nostalgia; son esos que tienen un determinado valor, que por momentos recordamos con cierta indiferencia pero que otras aparecen en forma repentina y dan lugar a tristezas o de pequeñas alegrías.

Llegamos entonces a localizar cuáles fueron los momentos que merecen ser recordados aunque algunas veces los hayamos creído sin valor.

Pero no todo está dicho, todavía queda camino por recorrer y deseamos que en el futuro que nos toque –si llega- estén ausentes las penas y los dolores-

Tenemos por delante dos “envoltorios”, uno el que contiene todo lo malo que podría sucedernos, rotulado con una etiqueta que dice con letras grandes ¡para olvidar!, el otro para poner en su interior todo lo grato que merezca disfrutarse en nuestro futuro –si lo hay-

Deseamos vivamente que ese segundo “envoltorio” sea enorme y que tenga un detalle importante: que no tenga tapa y que siempre haya lugar para contener más cosas.


Se nos ocurre que el mejor momento especial que podríamos tener está por venir. 



Más relatos especiales, en lo de Pepe