Es muy común, sentir que tenemos celos por todo lo bueno que hay en la vida y no está en nuestras manos poder disfrutarlo como quisiéramos.
Los motivos que originan esos “celos” son tan amplios como variados.
Hay de todo tipo, simples, complejos, amargos,
pero están junto a nosotros y lamentablemente nos acompañan en todo momento en
el curso de nuestro andar por este mundo.
Quisiéramos. A veces, que se alejaran de
nosotros para permitir que sigamos en
nuestro camino con toda libertad y sin temor de que algo nos detenga.¡Pero es tan difícil!
Tratamos de razonar lo necesario para
convencernos de que estamos equivocados,
pero ni aun así no podemos conseguir que ¡eso! que nos acompaña, pueda desterrarse para siempre.
Pero hay un camino, y debemos animarnos y “enfrentarlo”.
Animarnos, de
una vez por todas, a ponernos frente a él y confesar que tenemos miedo de esto, de
aquello, y de todo.
Si es necesario, detallar lo que nos pasa y
ponerlo a la vista, sin miedo, hasta que podamos confesarlo ¡todo! para
sentir de golpe que “aquello” que sentíamos, de a poco se va yendo y nos
encontraremos con que nuestra nueva
forma de vida, tomó otro rumbo.
Todo tiene un comienzo, es el primer paso en reconocer
que esos “celos” que había en nosotros, ya se han ido, y lo que es más, podemos decirlo en voz alta, gritando, que lo
hemos vencido.
Más relatos de celos, en lo de Pepe
Verbalizar lo que se siente, realmente ayuda a que el sentimiento se suavice e incluso se modifique para bien. Los celos como cualquier otro sentir, creo que se pueden controlar con más o menos trabajo, pero se puede llegar a conseguir.
ResponderEliminarUn abrazo Eduardo.
Muchas veces nos escondemos detrás del "yo no soy celoso" y mejor no mirar lo que hay tras esa frase.
ResponderEliminarEl conformismo hacia nuestra tendencia a ser celosos, a desear con desmesura y sin medida aquello que no tenemos, no es bueno. Tenemos que aprender a vencer nuestras apetencias y sin son lícitas a luchar por ellas, pero no desde actitudes negativas y patológicas hacia aquellos que sí poseen lo que a nosotros nos falta.
ResponderEliminarUn abrazo.
No podemos confundir los celos con la envidia. Sentimos envidia por lo ,que no somos capaces de conseguir.
ResponderEliminarLos celos son otra cosa. Los celos son inseguridad, falta de estima, coacción de libertad. Y en la mayoría de los casos el creer que se es dueño de algo., esa sensación de posesión que coarta la vida de los demás..
Un abrazo.
Supongo que es el primer paso, reconocerlo; porque la mayoría de las veces no se hace. Después se puede superar, creo que si.
ResponderEliminarMuy bien eplicado.
Un abrazo
Como siempre, muy reflexivas tus palabras, que muestran la sabiduría que da la experiencia. No siempre es fácil, reconocer en qué nos equivocamos o que nuestros sentimientos no están bien enfocados, Pero vale, hacer el alto, y meditarlo, sobre todo, si con ello, podemos hacer daño a alguien e incluso a nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos:
Gaby*
No es fácil admitir que uno es celoso, el reconocerlo tal vez sea una buena señal porque cuando uno esta imposibilitado de darse cuenta de ello, es cuando se pierde el control y se llega a extremos peligrosos.
ResponderEliminarUn beso:
Jime
Si alguna vez tuviste celos, que seguro que sí, siendo lo más normal del mundo, me atrevería a pensar que fueron una nube pasajera, vencida y asumida por la sensatez y el respeto.
ResponderEliminarNo es cuestión de superarlos a cualquier precio, pero sí de darse más oportunidades.
Abrazos
Razón llevas en que hay que vencer los celos, sin embargo creo que debe ser muy difícil conseguirlo y que quien los padece, no quiere padecerlos.
ResponderEliminarBss.
Reconocerlo, sí. Se empieza por ahí.
ResponderEliminarBesos, Eduardo.
Los celos suelen esconder nuestras inseguridades y nuestros miedos; es bueno enfrentarnos a ellos, como bien dices, porque nos harán crecer.
ResponderEliminarLuego hay otros que esconde algo más oscuro: la envidia... Esos son complicados de solventar...