¿Cuántas veces nos habremos colocado frente a una ventana
para observar lo que sucede afuera?
Si nos hubiéramos tomado la molestia de anotar todo lo que
alcanzamos a ver, la lista sería interminable y sorprendente, y lo que es más, mucho
de lo visto y escrito podría espantarnos.
Pero también habría que reconocer que allí afuera hay mucho
de bueno y que en gran medida eso mismo es lo que nos permite aprender y
superarnos, por poco que sea. Aún lo mínimo, si es bueno, enseña.
Pero sucede que, al hacernos ciertas preguntas, no siempre
encontramos la valentía para contestarlas:
¿Qué suelen ver los demás cuando nos miran a través de esa
misma ventana?
¿Nos verán como realmente somos?
¿Qué interpretarán al observarnos? ¿Encontrarán todo en
orden?
Cuando nosotros miramos hacia el mundo, enseguida pensamos que
habría muchas cosas para cambiar en él, pero tal vez “nos olvidamos” que los
demás también practican el mismo derecho de observarnos y opinar.
Es entonces que quizás optamos por la negación y decidimos
cerrar la ventana para no ver aquello que nos resulta ingrato del mundo
exterior. Se nos ocurre que es una forma simple de eliminar lo que nos molesta,
aun comprendiendo que de esa manera los demás tampoco nos verán y que terminaremos
encerrados.
Si lo pensáramos bien, llegaríamos a la conclusión que fundamentalmente
somos nosotros quienes deberíamos hacer algunos cambios, definiendo con
sinceridad quién somos y cómo somos, para luego sí llegar al equilibrio, aprendiendo
a dejar abierta la ventana con total tranquilidad, sin estar pendiente
obsesivamente de lo que los demás hacen o dicen, o si se acercan a su vez para evaluarnos.
Que quede abierta para tener la posibilidad de airearnos y
comunicarnos, no para juzgar o exhibirnos.
Autor: Eduardo
Autor: Eduardo
Más ventanas, en lo de Gaby
Tu propuesta Eduardo es bien acertada, no hay que tener miedo a ver que hay más alla, la vida hay que vivirla traiga lo que traiga. Como siempre certera tu visión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te agrade-
EliminarSaludos.
Eduardo
Como siempre Eduardo haces unas reflexiones de lo más acertadas. Debemos primero de cambiar nosotros para que cambien los demás.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo.
EliminarSaludos.
Eduardo
Preguntas con respuestas cambiantes, porque el mundo es cambiante.
ResponderEliminarAlgo interesante que nuestro adentro es parte del afuera, desde el punto de vista de otros.
Esperemos que nos acepten como somos, de igual manera que estamos dispuestos a aceptar a los demás-
EliminarSaludos.
Eduardo
Viene bien tu reflexivo aporte, sobre todo en tiempos en que al parecer, mostrar, vivir para el afuera, prejuzgar, sacar conclusiones a partir de bases débiles, está muy de moda.
ResponderEliminarTodo gira con vertiginosa rapidez y se trastocan las realidades e importancia de las cosas. Si habrá que ponerse a pensar en serio!
Gracias Eduardo por tu presencia!
Besos:
Gaby*
Al contrario, fue un placer participar.
EliminarSaludos.
Edurado
Un relato muy bonito y muy profundo, lleno de sabiduría.
ResponderEliminarMuchos besos
Me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos.
Eduardo
A todos nos gusta observar cuanto sucede a nuestro alrededor, las ventanas son buenas aliadas. Pero saber que nosotros somos los observados no siempre es plato de gusto. No nos gusta que nos oteen la intimidad.
ResponderEliminarAlgo de hipocresía hay en nuestra "humana" reacción.
Un abrazo
Tan contradictorios somos.
EliminarSaludos.
Eduardo
A veces observamos y a veces nos observan, es el juego de la vida. Un abrazo Eduardo
ResponderEliminarQue siga!
EliminarSaludos.
Eduardo
A veces abrimos o cerramos las ventanas según lo que sentimos en ciertos momentos. Las abrimos de par en par por la necesidad de ser vistos o las cerramos herméticamente para refugiarnos en nosotros mismos.
ResponderEliminarMe gustó tu punto de vista.
Un beso!
No nos confundamos al cerrar ni al abrir
EliminarSaludos.
Eduardo
Muy buen relato, Eduardo, también es una buena reflexión, ha sido un placer pasar por su casita de letras, le felicito por su relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lola Barea
Le agradezco sus palabras.
EliminarSaludos.
Eduardo
Una buenísima reflexión sobre nosotros mismo y sobre los demás.Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices Eduardo.
ResponderEliminarUn beso
Que sigamos así.
EliminarSaludos.
Eduardo
Es cierto lo que dices. Vivimos de cara al exterior olvidándonos de nuestro "yo" real el de dentro, el que nos identifica...
ResponderEliminarHay que ser feliz con uno mismo para poder ofrecer algo a los que nos acompañan en este viaje que es la vida.
Un abrazo
Completamente de acuerdo.
EliminarSaludos.
Eduardo
Nada que comentar, la conclusión a la que llegas es la que me gusta y que me gusta aplicar en mi vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que coincidamos.
EliminarSaludos.
Eduardo
Que interesante tu disertación filosófica has construido, sobre quiénes somos y cómo nos mostramos, aprovechando esa ventana que tanto se nos olvida que es de dos direcciones, por la que vemos y por la que nos ven.
ResponderEliminarYo estoy al cien por cien contigo, abramos las ventanas de par en par, aprendamos de lo que vemos y del cómo nos ven y construyamos un YO del que nos sintamos plenamente satisfechos y orgullosos y que no queramos esconder. Miles de besossssssssssssssss.
Completamente de acuerdo.
EliminarSaludos.
Eduardo
La verdad es que es como dices, la vida es como una ventana por la que nos abrimos al mundo y no todo puede ser bueno...aunque hay que intentarlo...
ResponderEliminarun abrazo
Seguiremos intentando.
EliminarSaludo.
Eduardo