Recuerdo haber leído:
“El señor Jones,
propietario de la granja mayor, cerró por la noche los gallineros, pero estaba
demasiado borracho para recordar que había dejado abiertas las ventanillas”.
Volvió a tener vigencia otra vez aquello que una vez leí. En
la vida nos ocupamos muchas veces en atender cosas que creemos tienen mucha
importancia, como los “gallineros” de la historia y sin habernos “emborrachado”
dejamos abiertas muchas “ventanillas”.
Damos demasiada importancia a cosas que realmente no la
tienen; ponemos el mayor énfasis en ocuparnos de todo aquello que suponíamos
seguro y nos equivocamos.
Tuvimos oportunidades de decir palabras de consuelo a quienes
las necesitábamos y nos callamos. Cuando debimos dar nuestra aprobación a lo
que vimos cerca de nosotros la indiferencia no nos dejó actuar como
correspondía. Hubo veces que notamos que algo incorrecto sucedía a nuestro
alrededor y pudiendo corregirlo, dejamos que eso siguiera sucediendo. Cuando pudimos
ayudar a los demás cuando lo necesitaban, no le dimos la importancia debida y
todo quedó en la nada.
Fueron muchas las “ventanillas” que quedaron abiertas ante
nuestra total apatía.
Por momentos nos hemos sentido como el señor Jones de la
historia, para resolver nuestros errores.
No debemos dejar pasar la oportunidad de ser útiles en lugar
de quedarnos quietos y callados.
Que no vuelva a suceder lo de la historia. Debemos tener la
lucidez necesaria para que aquello no ocurra otra vez.
Más relatos jueveros con inicio en lo de Auxi
Siempre nos ofreces reflexiones llenas de lucidez y sabiduría, querido Eduardo. Para todos nosotros es un gran tesoro leerte y tenerte cerca.
ResponderEliminarQué gran verdad Eduardo. Para mí siempre es un afable placer leerte, por lo que transmites en tus textos y por tus grandes verdades explicadas con tanta sensibilidad y emoción.
ResponderEliminarBravo
Saludos
Nos equivocamos, a veces dejamos abiertos los gallineros, es tan equivocado (?) como cerrar los instintos.
ResponderEliminarLa vida- lo digo por años, con lo cual no intento alcanzar la razón (?)- nos reserva granjas muy atestadas y se agrecede la complicada promiscuidad para no tropezar dos veces en la misma piedra, lo cual también es posible. Tienes razón, lo importante es, a veces, invisible a los ojos que quieren ser ciegos.
Tu relexión mesurada se agradece, ni quietos ni parados.
Un besito cariñoso, Eduardo.
¿Que serán las borracheras que obstaculizan el acordarse de las ventanas?
ResponderEliminarNo sólo hay apatía, hay temor, incluso pánico a intervenir. O el desconocimiento de como hacerlo.
Original planteo.
Pongamos los medios a nuestro alcance para que esto no ocurra.
ResponderEliminarA menudo, la contemplación de los árboles no nos deja ver el bosque. Atendemos a asuntos futiles y dejamos de atender aspectos fundamentales.
ResponderEliminarComo siempre, un lujo poder leer tus reflexiones.
Un fuerte abrazo.
Concuerdo, y reflexiono. Ciertamente los motivos que obstaculizan nuestro "hacer", pueden ser variados, muchos, podrían haber sido afrontados, superados, rechazados. Cuando nos damos cuenta, se nos genera un estado de culpa, un cuestionar "por qué" o "para qué" no actué en su debido momento. Tal vez esas respuestas que buscamos, sean las que finalmente nos impidan repetir el error. Esperemos que así sea!
ResponderEliminarBesos!
Gaby
Es verdad lo que dices Eduardo, muchas veces dedicamos nuestro tiempo y preocupación a cosas sin importancia, olvidándonos de aquellas que si merecen nuestra atención y dedicación.
ResponderEliminarMuy reflexivo tu aporte. Un beso!
Imagino que nos hemos acostumbrado a mirarnos el ombligo, y a priorizar lo nuestro, es más fácil mirar hacia otro lado, no elegir, no implicarse ni complicarse, estamos anestesiados ante el sufrimiento ajeno, el mejor coche, los mejores pechos, el casoplón más grande....
ResponderEliminarQuizá hemos vendido nuestras almas al diablo tantas veces que ya ni de rebajas le interesan.
Besos agradecidos amigo.
Estamos tan a lo nuestro que olvidamos todo cuanto nos rodea, desperdiciando tantos momentos, no , no debemos dejar palabras sin decir, ni acciones sin ejecutar, si con ello podemos ayudar y llevar felicidad. Bienvenidas tus palabras Eduardo.
ResponderEliminarUn beso.
Es verdad, a veces damos importancia a cosas que no tienen tanta y dejamos sin respuesta a otras que verdaderamente si la tienen, lo que dices tú, dejamos ventanas abiertas; pero en fin así somo los humanos, una pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Un grave error cerrar puertas y dejar abiertas ventanillas que puedan tener tal importancia. Lo anoto. Un abrazo.
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