Quiero confesarte en esta simple hoja de papel lo que me acompaña en secreto desde hace mucho tiempo, lo que siento, cuando estoy frente a ti.
es tanto lo que siento, que sería capaz de estar minutos y minutos dejando que mis palabras fluyan solas y te lleguen, pero hay algo que me frena y no me animo, como otras tantas veces pasó, y de nuevo el papel otra vez queda en blanco.
Lo más curioso es que, con dos palabras, solamente dos, te puedo decir lo que tengo que decirte sin necesidad de buscar frases y más palabras.
Con dos, solamente basta.
Hoy, una vez más, voy a tratar de decirte mi secreto sin omitir nada ¡ escribiéndote!
Lo que siempre me negó la voz para decírtelo, por miedo a tu rechazo, buscaré de decírtelo en unas pocas líneas, pero, como me pasa siempre, busco palabras y frases que no encuentro.
Me pregunto por qué razón creo que mientras más escribo, más grande será lo que siento y comprendo que no es así.
Te quiero decir en dos palabras, solamente en dos, lo que hasta hoy nunca pude decirte, pero como siempre, pensaba en romper el papel que estaba escribiendo, y sin darme cuenta, vi de golpe que ya había escrito esas dos palabras sin haberlo notado.
Habían nacido en mi corazón, me acompañaban hacían mucho y yo no lo sabía, pero quedaron escritas para siempre.
Yo estoy en ellas, hablándote sin hablar y diciéndote todo lo que nunca pude.
Cuando hay tanto que decir, hay veces que dos palabras bastan...
Búscalas, encuéntralas, están en esta hoja de papel. Léelas y guárdalas para siempre.
es tanto lo que siento, que sería capaz de estar minutos y minutos dejando que mis palabras fluyan solas y te lleguen, pero hay algo que me frena y no me animo, como otras tantas veces pasó, y de nuevo el papel otra vez queda en blanco.
Lo más curioso es que, con dos palabras, solamente dos, te puedo decir lo que tengo que decirte sin necesidad de buscar frases y más palabras.
Con dos, solamente basta.
Hoy, una vez más, voy a tratar de decirte mi secreto sin omitir nada ¡ escribiéndote!
Lo que siempre me negó la voz para decírtelo, por miedo a tu rechazo, buscaré de decírtelo en unas pocas líneas, pero, como me pasa siempre, busco palabras y frases que no encuentro.
Me pregunto por qué razón creo que mientras más escribo, más grande será lo que siento y comprendo que no es así.
Te quiero decir en dos palabras, solamente en dos, lo que hasta hoy nunca pude decirte, pero como siempre, pensaba en romper el papel que estaba escribiendo, y sin darme cuenta, vi de golpe que ya había escrito esas dos palabras sin haberlo notado.
Habían nacido en mi corazón, me acompañaban hacían mucho y yo no lo sabía, pero quedaron escritas para siempre.
Yo estoy en ellas, hablándote sin hablar y diciéndote todo lo que nunca pude.
Cuando hay tanto que decir, hay veces que dos palabras bastan...
Búscalas, encuéntralas, están en esta hoja de papel. Léelas y guárdalas para siempre.
Ingeniosa forma de decir sin decir, seguramente la destinataria lo comprenderá. Me gustó mucho esta carta, tímida y esperanzada, llena de sentimiento.
ResponderEliminarun abrazo
El valor de los sentimientos no está en cómo se dice, porque son sólo palabras, lo que importa es lo que se siente, auqnue cueste decirlo.
EliminarMuchas gracias por tu visita.
Eduardo, desde el perfil de mi hija
a mi me parece una carta hermosa! amistad, amor,... un abrazo!
ResponderEliminarpor cierto, si no te importa te hago blog amigo del mio. Si quieres pasarte por ahí http://cronicasdesgroya.blogspot.com.es/
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