Imaginemos por un momento,
que nos encontramos de improviso en un bosque.
Chico, grande, no importa
cómo. Simplemente, un bosque, con todo lo que encierra en su interior y que de
hecho, no conocemos.
Nos preguntamos: ¿qué habrá
en él?
Con la ayuda del tiempo, que
irá pasando, lo sabremos, de a poco, paso a paso, minuto a minuto, y de esa
forma lo iremos conociendo. Nos llevará mucho tiempo, tal vez, entender y
aprender sus secretos, cómo es su interior, aún en lo más espeso y tupido que
sea su follaje, y de a poco podremos hasta orientarnos y conocer y elegir el
lugar que más nos convenga para planificar los pasos a seguir en un futuro
incierto.
En este tipo de meditaciones
que realizaremos se nos ocurre pensar en lo que puede pasarnos con nuestra vida
a vivir en un futuro.
Volvemos a pensar en ese bosque
desconocido que se asemeja a esta vida –la nuestra- tan incierta que no nos
promete ningún tipo de seguridad.
¿Qué tenemos? –nos preguntamos-
¿Qué nos depara esta vida? ¿Alguien sabe de ese futuro? No, nadie lo sabe. Puede
ser breve o no, grato o amargo, pero pensamos otra vez en ese misterioso bosque
que recordamos.
Nos queda el deseo de pensar
y esperar que los días venideros puedan transcurrir con la mejor y mayor paz y
no nos sintamos prisioneros de esa maraña impenetrable que nos asusta.
Sólo pedimos que ese mañana
que soñamos sea todo lo grato que pueda ser.
Más relatos, en lo de Judith
Ciertamente un bosque oscuro, impenetrable nos da mucho miedo ya que esconde todos los fantasmas que llevamos dentro, pero si pensamos en un bosque lleno de fantasías de seres que bailan y cantan al son del trinar de los pájaros todo se vuelve muy diferente
ResponderEliminarTodo depende de cómo queramos verlo, es cierto.
EliminarSaludos.
Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Buena comparación entre el conocer el bosque y conocernos, en eso gastamos la vida, hasta el final aprendiendo con la curiosidad aliada. Besito.
ResponderEliminarSeguiremos andando y aprendiendo.
EliminarUn abrazo.
Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Pues sí, nuestra vida es tan misteriosa como elmismisimo bosque y llena de peligros, aprender a sortearlos es nuestra tarea diaria.
ResponderEliminarY seguiremos tratando...
EliminarUn abrazo.
Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Quizás sería bueno asumir que en ese bosque, que se nos presenta, habrá momentos ingratos, pero inevitables. Saludos.
ResponderEliminarPese a lo que deseáramos, habrá momentos difíciles, pero habrá que superarlos...
EliminarUn abrazo.
Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Nuestra vida es un discurrir a través de ese bosque constituido por todos sus días y acontecimientos. El mañana incierto siempre, pero el bosque nos va dotando de la experiencia necesaria, mientras lo andamos, para que los pasos venideros sean cada vez más firmes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Trataremos de ir superando las dificultades con el mejor ánimo. el valor de la experiencia es muy alto.
EliminarUn abrazo.
Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Nuestra vida es un bosque que por momento es claro y otras veces es impenetrable, ojalá los días venideros estén plenos de luz para poder seguir caminando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esperemos que esa luz sea permanente.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
A veces me da miedo mirar al bosque o siquiera pensar en él; otras veces me da una paz inmensa y quisiera quedarme entre los árboles por siempre. Gracias por traer está gran metáfora de vida. Excelente jueves.
ResponderEliminarUn beso.
Que la paz que allí encuentres te acompañe por siempre.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Me encanta la metáfora y todos sus paralelismos. Exquisita y sabia reflexión.
ResponderEliminarAgradecido por tus palabras.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Me ha gustado esta comparación de nuestra vida con todos sus misterios y los que encontramos al adentrarnos en el bosque. Muy buena reflexión Eduardo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tus palabras.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Cuanto más nos vamos adentrando y conociendo el bosque más seguros nos sentimos porque vamos aprendiendo de nuestros propios errores, vamos descubriendo hasta donde somos capaces de soportar, es decir, vamos madurando.
ResponderEliminarBesos.
Leonor
Coincidimos en nuestro punto de vista.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Pués tal vez la vida es como un bosque y es difícil poder ver lo que más adelante nos deparará. Tal vez hallamos de seguir nuestro camino sin miedo, aunque con suficiente cautela para no ser presa e las alimañas que tratarán de cazarnos.
ResponderEliminarUn abrazo.
De a cuerdo, siempre vale ser cauteloso.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Que esa paz nos inunde... eso debería ser lo bueno de cumplir años: acercarnos a la armonía interior.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Eso sería lo ideal.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.