Muchachas al piano - Renoir
Es
sabido que nuestro tiempo de vivir habrá de llevarnos por senderos diversos que
de momento, son desconocidos. Cuando nacemos, traemos con nosotros un destino ignorado
que vamos conociendo de apoco a medida que crecemos.
Los
días al transcurrir, van sucediéndose uno tras otro en miles de situaciones
diversas, gratas tal vez, o quizás tristes por momentos, que conoceremos cuando
se vayan `presentando, ya que nadie puede saber de antemano ese futuro que
habrá de llegar –si llega-
Es
un camino largo para recorrer que por momentos nos producirán una forma de
cansancio que nos habrá de acompañar en los malos momentos. También habrá otros
–gratos, por suerte- y en nuestro diario vivir aprenderemos a equilibrar todas
las situaciones que se presenten y de esa forma iremos razonando y distinguiendo,
mejorando nuestro desempeño para poder valorizar lo que tenemos a diario. Y entre
tantas experiencias nos encontraremos, de improviso –quizás- con alguna obra de
arte que nos deslumbre. Yo pude ver, en este caso, algo que dejó en mí su sello
especial, una pintura famosa de Renoir –Muchachas al piano- y sentí de golpe,
al verlo, una emoción intensa.
Encontré
en ella una pintura sencilla, suave, tierna, pero tan expresiva que transmite a
quien al mira –al menos a mí- cierta paz que resulta la viva muestra de la
inocencia en las vidas de estos personajes, la gracia natural de quienes, con calma,
tratan de estudiar y comprender tal o cual tema o situación difícil. Sin estridencias,
muestra, define y nos lleva a disfrutar con serenidad tanto el ambiente como
los personajes. Si alguien me preguntara
qué le falta, diría que el sonido musical…que no se escucha, pero está. Sólo
eso.
Más historias y pinceladas, aquí.
Fíjate que yo te iba a decir que es una pintura tan perfecta que tiene música.
ResponderEliminarYa somos dos!
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
No me parece sencilla, más bien elaborada. Creo que transmite el inicio en la música de dos personajes que probablemente no hayan conocido los desalientos. Tienen todo el entusiasmo inicial.
ResponderEliminarEsperemos que nunca lleguen a sentir ese desaliento.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Una escena natural -seguramente- de ver en tiempos lejanos. Dos niñas al piano, compartiendo el sano placer de la música. Habrá que imaginar la melodía- como bien dices-, el teclear de esos dedos, pero sin duda, regala paz desde la actitud de las niñas hasta la suavidad del trazo y sus colores.
ResponderEliminarMuy buena elección. Un beso:
Gaby*
Me alegra que te haya gustado el cuadro elegido.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Además de lo que dices, que me encanta, señalaría esa colaboración que se nota entre las dos muchachas, unidas para resolver la situación.
ResponderEliminarMirando el cuadro la música se imagina fácilmente. En mi caso, sería alguna composición de Chopin.
Abrazos.
Buena observación. Me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Tienes razón, esta pintura transmite paz y serenidad. La inocencia de estas dos muchachas despiertan ternura a quien las observa. Muy bien descrito y como dices tú, sólo le falta la música.
ResponderEliminarUn abrazo
La música la pone el que mira...
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
He sentido, que la música hoy, la has puesto tú, Eduardo.
ResponderEliminarCada palabra una nota que en su conjunto no se puede mas que apreciar el cuadro de Renoir.
Un abrazo :)
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Bonito relato posado sobre un cuadro que lo define muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu amable comentario.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
serás el único texto que leeré este jueves. y es que ando desandando blogs. vamos, que no ando con ganas de leer textos por acá, ando en lecturas de libros y en pedaladas y en...acabo de llegar de dar pedales...y es que salí a eso de las 8 de la tarde...y sabes, mi cuadro ha sido el de un tipo apegado a una bici que apenas si era capaz de observar el entorno por que iba ensimismado en el esfuerzo físico. eso sí, cuando he llegado al pueblo, a eso de las 10, ya casi de noche, iniciándose, al menos esta, me he bebido todo mi cansancio, me he bebido TODA MI PAZ... es decir, dejé de observar el entorno, el exterior por mor de , al final, poder observar la paz de mi interior...y este, joven eduardo, es un cuadro que , últimamente, veo bastante...un cuadro sin lienzo o con el lienzo del interior...un medio beso.
ResponderEliminarComo siempre, muchas gracias por tus amables atenciones.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Estoy contigo Eduardo, una pintura que al contemplar la sencillez de la escena, te acerca lo cotidiano de la época en ciertos ambientes. Lineas puras, colores suaves, me gusta la complicidad que entre las niñas se ve. Muy buena elección.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que compartas mi elección.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Es cierto que la vida en su devenir nos enfrentará a todo tipo de situaciones, como la contemplación de algo que nos impacte especialmente, como esta pintura lo hizo contigo. El cuadro desprende inocencia y naturalidad en esa tarea de enfrentarse al aprendizaje de la música. La escena nos transmite, al menos a mi, la serena cotidianidad del hogar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy de acuerdo con tu punto de vista.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
El cuadro me encanta, me trae recuerdos de cuando mis hijas eran pequeñas y se ponían al piano a estudiar. Es una pintura que transmite tranquilidad y ternura. Las muchachas se ven felices y compenetradas. Tu reflexión está llena de conocimiento, así es la vida, alegre y triste, de incierto futuro y cuantos más años vamos cumpliendo más corta la vemos, es como si el tiempo se fuera acelerando.
ResponderEliminarBesos.
Leonor
Me alegro que te hayan vuelto recuerdos gratos al ver la pintura.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Amo esta pintura, la tenía mi abuela en su casa pintada por mi tío que era un excelente pintor que imitaba obras famosas. Siempre me inspiró curiosidad sobre su historia, y es cierto lo único que le falta es el sonido.
ResponderEliminarUn abrazo.
El sonido corre por cuenta de quién la mira.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Pues mira: yo hasta oigo la música, que estan tocando es Mendelson. Adema´s telo digo de verdad. Yo he bordado a petit point, esta cuadro, en el preciso momento que mis hijas estaban estudiando este compositor.
ResponderEliminarMuy oportuna tu pintura. Saludos.
Me alegra que te haya recordado momentos tan gratos.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Eduardo, ha elegido usted una pintura con la misma sencilla sensibilidad que quarda para sus letras. y me ha trasmitido esa paz.
ResponderEliminarle dejo un abrazo!
Muy agradecido por sus palabras.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.