Lamentablemente nos ha tocado vivir momentos
muy difíciles donde nuestra tolerancia y paciencia, más la falta de respeto
hacia nuestro prójimo ha hecho posible, como cosa común y corriente, el actuar
con decisiones tomadas a la ligera, que nada solucionan, y los problemas que
debían ser aclarados, siguen sin resolver.
Esa forma indebida de razonar con ciertos
argumentos sin consistencia, sólo ha servido para que en nuestras decisiones
prevalezca siempre la ira y hasta se llega a devolver odio por odio cuando
-llegado el caso- en la primer palabra que escuchamos, nos parece que hay una
ofensa escondida y devolvemos “golpe por golpe” aunque nadie nos haya pegado.
Cuando escuchamos decir “si te golpean en una
mejilla, pon la otra” en forma repentina brota de nuestra parte un tipo de “rechazo”
que no debiéramos tener nunca y decimos cosas que no debieran decir ni pensarse.
Llega un momento en que la más pequeña frase o
palabra de consuelo pareciera no tener valor, y una caricia de nuestra mano
puede llegar a ser considerada un gesto en desuso, que no nos permite demostrar
que sabemos y queremos perdonar si nos ofenden.
Así, con ese tipo de creencia, no se puede ni
se debe seguir viviendo.
¡Así, no, “ojo por ojo, diente por diente”!
No, no y no.
Ni ahora, ni mañana, ni nunca.
Más relatos en lo de Teresa
Señor Eduardo, estoy totalmente de acuerdo con su publicacion, tristemente se esta naturalizando un accionar del ser humano que los que venimos de otras epocas no lo podemos comprender. Tambien debo decirle que su escrito me habla de su ser interior.
ResponderEliminarLe dejo un saludo.
Tere.
Totalmente de acuerdo y tu comentario muestra la radiografía de tu otro yo.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
No porque no suele ganarse nada, lo que se pierde vale más que un ojo y no satisface.
ResponderEliminarSeñor Eduardo, un deleite leerle, siempre atinado y elegante, humanamente excelente. Besito cariñoso.
Agradecido por leer mi entrada, trataré de complacerte en el futuro.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Y si, estamos todos medio pasados de revoluciones. Enseguida salta la violencia, sin detenerse a pensar ni a reflexionar un segundo. Primero te pego, luego vamos viendo como sigue ... y sigue mal claro.
ResponderEliminarOjalá este tu pensamiento se haga realidad y la cosa cambie, que ya va siendo hora.
Un abrazo
Tenemos que dejar el garrote de lado y seguir ayudando a los demás con nuestra mejor voluntad.
EliminarA veces una sonrisa hace milagros.
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Tienes razón, se ha perdido aquel cariño, aquel gesto, en fin que hay que parecer dura porque sinó no te digo lo que pareces. Hay que saber perdonar y lo de la venganza, sirve para poco.
ResponderEliminarUn abrazo
Perdonar y desterrar la venganza debe ser nuestra permanente obligación.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
qué placer leerlo, Eduardo!
ResponderEliminarqué bella unión de la sabiduría que da el tiempo con ese empuje tan jóven.
mi amable respeto.
qué orgullosa debe sentirse su hija!
Gracias por tus palabras.
EliminarEse "orgullo" que puede tener ella para mi llega a ser un lujo invalorable.
El que yo siento por ella no se puede definir con palabras y los abrazos no alcanzan.
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Muy buena reflexión y proclamar un no al ojo por ojo! Creo que se han desmedido los egos y el orgullo. Los niveles de susceptibilidad están al límite. Saludos Eduardo
ResponderEliminarReitero ¡no al ojo por ojo!
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con tus palabras.
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Estoy muy de acuerdo contigo: el mundo en que vivimos es consecuencia del ojo por ojo, aunque sea una vendetta mercantil y psicológica. Sí señor.
ResponderEliminarUn saludo
Yo pienso igual.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Vivimos en un mundo agresivo y bastante enloquecido, no responder "como corresponde" a cualquier tipo de agresión hoy en día está incluso mal visto. Existe poco diálogo sin gritar y los instintos se sacian mejor apelando a La ley del Talión, al ojo po ojo. No parece que las perspectivas de futuro sean muy halagueñas en este sentido.
ResponderEliminarMe ha gustado tu reflexión Eduardo.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo con tu punto de vista.Me alegra saber que coincidimos.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Recuerdo otro escrito en que dabas ese valor a la caricia, a la comprensión. Aprendo de ello.
ResponderEliminarA veces parece parece que tenemos de ver ofensas donde no las hay, buscar enemigos, no sé si por justificar nuestras carencias.
Y con solo un poco de ternura se podrían resolver tantas malentendidas afrentas.
Un abrazo.
Pienso que sólo un poco de ternura podríamos arreglar el mundo.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
¿Y qué se espera de una sociedad tan agresivamente competitiva?. ¿El perdón?. ¿La confianza?. ¿La ternura o el amor?.
ResponderEliminarSi nos sentimos sobresalientes (los vencedores), o humillados (los vencidos), ¿qué mundo nos espera?.
Y sin embargo yo espero, yo tengo esperanza, cuando leo voces sabias como la suya, que nos recuerdan el camino que siempre existió, y que el polvo de nuestro egoísmo ha ocultado en estos tiempos de vértigo y locura.
Un abrazo
ibso
¿qué mundo nos espera?
EliminarPrimero proyectemos el mundo que quisiéramos tener. En tu comentario me entero de tus esperanzas, entonces empecemos
¡ya somos dos!
Yo grito contigo ese NO!!! bien fuerte, que bonitas palabras nos dejas cada jueves, Eduardo.
ResponderEliminarMuchas gracias por acudir a no vengarte conmigo.
Un beso.
P.d perdóname que no haya pasado a leerte antes, vaya desastre de anfitriona que soy.
Es rotundo NO te define.
Eliminar¡piu avanti!
Buena filosofia de vida, que deberíamos seguir todos los seres humanos. Felicidades por pensar asi
ResponderEliminarTe agradezco por compartir ideas y te felicito yo también.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Sabias palabras. Nuestro comportamiento a veces se ve inclinado a la ira, a la venganza, a la rabia, cuando debería estar siempre regido por la cordura, el respeto a los demás, la tolerancia. Lo que sucede es que la sociedad ha evolucionado hacia un deterioro progresivo de esos valores, a lo cual contribuye sobremanera el hecho de que cada vez es más difícil mantener la altura de miras en una sociedad donde los poderes económicos, religiosos, legislativos, ejecutivos, judiciales favorecen la existencia de tremendas diferencias sociales entre los individuos que la conforman.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tu comentario no necesita más ideas (está completo) El mejor deseo de mi parte es que se consiga todo.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
En un mundo donde prima el valor por lo que nada vale, es un lujo encontrar pensamientos como los tuyos Eduardo. El sentido comun, la cordura, no pueden perderse.
ResponderEliminarNo, no me gusta la venganza.
Un abrazo.
El verdadero lujo es estar preparado para repeler siempre la venganza.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Excelentes palabras, llenas de sentido, valor y emoción.
ResponderEliminarUn placer leerte Eduardo.
Un abrazo.
Agradecido por tu comentario.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
En principio estamos de acuerdo. Lamentablemente el mundo nos muestra a cada momento, que la intención es la contraria.
ResponderEliminarDe todos modos, no debemos abandonar la idea de lo que nos parece es lo único posible, para la supervivencia del mundo y del ser humano.
un abrazo, Eduardo
Estoy de acuerdo en seguir teniendo esa idea.
EliminarPienso que ese debiera ser el futuro.
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
digamos como lo he dicho en mi relato yo tampoco voy por la venganza, muy buen y cierto relato vaya que me ha hecho pensar
ResponderEliminarMe alegra haberlo podido conseguir.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Pues no, claro que no, no se consigue nada ni se llega a ninguna parte con el ojo por ojo, porque quien actua con odio y venganza, sembrando eso, recogerá justo eso: más odio y más venganza, que a su vez generaran más odio y más venganza y así en una espiral que no termina, o termina con la muerte... ¿y total para qué?, si hay siempre muchas más cosas que nos unen que aquellas que nos separan.
ResponderEliminarMil besitos gordotes
Hay que desterrar el ojo por ojo. A nada lleva, más que a más odio.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
La venganza corroe, nos pudre, termina con lo bueno de ser humanos y de verdad creo que vale la pena luchar contra esos impulsos. No es bueno promoverlos
ResponderEliminarUn abrazo Eduardo
Estoy muy de a cuerdo con tu punto de vista.
EliminarSeguiremos luchando
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Ya, ya se que llego tarde a comentar... Pero ha sido un placer leerte. Sabias palabras, semillas para sembrar cuando la vida nos demuestre lo contrario al perdon.
ResponderEliminarUn abrazo