En toda función de teatro, donde se interpretan distintos
tipos de obra, con el lógico deseo de que todo se desarrolle en forma correcta,
hay un sinnúmero de detalles que se deben tener en cuenta para el buen entendimiento
de la obra a interpretar.
Todo se estudia, se prueba, se analiza: las luces, la
lectura del texto, el vestuario, de forma que el público asistente determine si fue
correcto o no el espectáculo ofrecido.
Eso, en una obra de teatro, en al vida real, hay otro tipo
de representación escénica, con máscaras y apariencias pero con sólo un protagonista; es alguno de nosotros, uno sólo, nadie más ...y comienza la función.
No hacen falta luces, ni decorados, ni nada más. Estamos en
el escenario solos, nuestra actuación –la que mostramos- es personal.
Tenemos muchas máscaras para usar según el papel a
desempeñar, según haga falta en la comedia de esa vida falsa que vivimos. Pero por
suerte, conseguimos despertar de ese sueño equivocado, nos damos cuenta que hay
otra forma de vivir, más simple, sin engaños, sin máscaras, sin maquillaje y
sin la necesidad de aparentar cosas irreales y equivocadas ante los demás.
Debemos ser nosotros, como somos, con un solo fin, llegar a
merecer el aplauso verdadero de la gente que nos rodean, testigos fieles y
directos de nuestro comportamiento. Dejemos de lado para siempre las máscaras,
las falsas apariencias y toda actuación teatral.
¡Así debemos vivir!
¡Como debe ser!
De otra forma es un engaño.
Más relatos teatralizados en lo de Neogéminis
¿Y que tal si no es posible quitarse las mascaras? ¿Que pasa si detras de una mascara hay otra y otra y...?
ResponderEliminarSi hay muchas, tenemos que empezar por la primera, las otras son más fáciles de sacar.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Todos estamos en el escenario de buena mañana, el papel a veces no lo escogemos, a veces no somos capaces de crearnos el papel a medida, es complicada la obra teatral de la vida.
ResponderEliminarBesito cariñoso
Hay un atenuante :somos humanos. Hay una esperanza: ¡que no falte el perdón!
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Totalmente de acuerdo, creo que esta vida la debemos vivir sin máscaras, mostrándonos tal cual somos, sin falsas apariencias, que al final, la verdad siempre sale a relucir. Me encanta el Teatro, pero para sentarme en una butaca y disfrutar del espectáculo. En la vida me gusta mostrarme como soy, con mis defectos y mis virtudes (si es que tengo alguna, je, je)
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Felicitaciones por tu sistema!
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
El teatro, solo como entretenimiento, solo como catársis...
ResponderEliminarMuy buen planteo. Me admiro de tu lúcida mirada.
un abrazo
Se agradece.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Hay una canción de Juan Carlos Baglietto que se llama justamente "Actuar para vivir", tu texto me la trajo a la memoria. Cuantas máscaras usamos - sin querer incluso, automáticamente, como una forma de defensa - y que difícil es prescindir de ellas ... siempre, siempre actuamos un poquito.
ResponderEliminarMuy acertada tu reflexión, intentar dejar las máscaras y mostrarnos como somos por fin! Vale la pena el intento.
un abrazo
El problema no está en tener máscaras, el problema está en no querer quitárnoslas.
Eliminar(Sobre todo la primera)las demás darán menos trabajo.
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Ojalá fuera tan fácil como decirlo!. Muchas veces no nos reconocemos ni a nosotros mismos ante el espejo. Hay máscaras para representar ante el público y otras que pone nuestro propia mente para aceptar que no somos perfectos. Es muy difícil salir totalmente desnudos al mundo que nos rodea, tenemos miedo y necesitamos, aunque sea un tenue velo tras el que ampararnos.
ResponderEliminarUn beso, Leonor
Un tenue velo no cubre mucho, además lo malo sigue estando.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
"Debemos ser nosotros, como somos, con un solo fin, llegar a merecer el aplauso verdadero de la gente que nos rodean, testigos fieles y directos de nuestro comportamiento"
ResponderEliminarNo podría estar más de acuerdo con vos, Eduardo. Hay épica, y valor, y nobleza...cuando nos aceptamos a nosotros mismos. Y sólo así es posible al amor.
Un saludo
Si sabemos cómo somos, empezaremos a cambiar. Hasta el camino más largo comienza con el primer paso.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Ese es el gran teatro del mundo, aquel en el que todos tenemos nuestro propio y excluisivo papel. Como bien dices, el aplauso o el abucheo dependerá totalmente de la representación que hayamos realizado a lo largo de la vida. Lo malo es que no siempre hay un apuntador que nos indique el texto, al menos no siempre lo escuchamos bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Al apuntador lo llevamos dentro.Hay que revisarnos los oidos para escuchar mejor.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Una buena reflexión y una gran verdad. Coincido contigo en que cada uno debería de ser uno mismo sin necesidad de máscaras y apariencias, lo contrario, bien sabemos, es un enorme engaño. Un beso.
ResponderEliminar¡Uno debería ser! Hay que abrir esa puerta, ya que la llave la tienen cada uno.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
La verdad es que tienes razón, si se vive en una perpetua representación, la realidad al final queda tan al margen, que nos creamos una máscara que no nos la queremos quitar por miedo a chocar con la cruda realidad.
ResponderEliminarUn abrazl
Ponernos una máscara es un trabajo inútil. Sacarnos esa misma máscara, una virtud.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Qué razón tienes, las máscaras tan necesarias para muchos... y de ahí vienen muchas desconfianzas por vivir en un engaño perpetuo...
ResponderEliminarBesos
Esas máscaras que muchos llevan son problema de ellos, con nuestra cara limpia estamos más "presentables".
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Eduardo vivir sin máscaras, así debe ser, no sirve de nada crear un personaje ficcticio ante los demás, en algun momento algo puede fallar, siempre falla, y se descubren los engaños, entonces generar de nuevo confianza ya resulta imposible. No hay nada como ser y actuar desde la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
El primer engaño es vivir con nuestras máscaras.
EliminarEl segundo es seguir usándola.
El tercero (ya no debiera estar).
Saludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Creo que es imposible vivir sin máscaras, o comportamientos diferentes, segun dónde o con quién te encuentres. Felicidades
ResponderEliminarSi dormimos con máscaras aparecen las quejas de la almohada.
EliminarA cara limpia se duerme mejor y hasta vienen lindos sueños.
Es mi humilde opinión.
Saludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija.
pues así debería ser sin mascaras, maquillajes ni disfraces a vivir la vida como se debe y a ser nosotros mismos, pero a veces mucha gente se disfraza creo por querer mostrar lo que verdaderamente son o por que para ellos todo esto es para ellos un engaño
ResponderEliminarLa vida debe ser vivida como corresponde.
EliminarEl disfraz que usan los demás nos enseña que no debemos copiarlos.
Los que seguirán engañándose serán los otros.
Saludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Paso por vez primera por tu casa, pero no sera la ultima, no.
ResponderEliminarDescribes la utopía, el poder ir con la cara lavada frente al día a día que nos empuja a elegir entre diversas mascaras deseando acertar en la elección.
Quizás solo podamos desear no usar las mascaras para engañar y si solo para sentirnos comodos.
Un abrazo
Para sentirnos cómodos, lo mejor es no llevar disfraces, de ningún tipo.
EliminarSaludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija
Las máscaras son una forma de mentir, a los demás y a nosotros mismos.
ResponderEliminarAcertada reflexión.
Un abrazo.
ibso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEmpecemos a no mentirnos a nosotros.Después, cuando aprendamos, nos ocuparemos de los demás.
EliminarPero también se puede hacer todo a la vez -es más rápido-
Para sentirnos cómodos, lo mejor es no llevar disfraces, de ningún tipo.
Saludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija
Debería ser como dices, pero, siempre hay un pero, estamos en una sociedad donde las apariencias ganan terreno a la sinceridad. Hipócritas!
ResponderEliminarSaludos!
La sinceridad es una virtud recomendable. si vivimos con ella, las apariencias mueren solas.
EliminarSaludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija
si, señor!
ResponderEliminarASÍ ES COMO DEBE SER.
pero qué dificil, no? qué desafío!
mi afectuoso respeto por sus saberes de vida, Eduardo.
¡Así es como debe ser! Es el primer escalón, los otros ya no serán difíciles.Pero si notamos la diferencia que hay entre unos y otros, ya tenemos mucho a favor.
EliminarGusto en conocerte.
Saludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija
Dices algo que considero básico, una lección para no tratar de ser quien uno no es; uno es quien es, con sus gozos y sus sombras, como diría el escritor gallego Torrente Ballester. Y así debería ser.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo.
Lo que tu eres no lo ves, lo que tu ves es tu sombra...
EliminarSaludos. Eduardo, desde el perfil de mi hija
Pienso como tú, que hay que ir a cara descubierta con nuestra verdad desnuda. Pero tal vez puede haber ocasiones en que esa verdad puede molestar gratuitamente, en cuyo caso tal vez sea aconsejable (para no herir innecesariamente), no exponerla con tanta transparencia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Aunque no la expongamos, que siempre sea nuestro pensamiento.
EliminarSaludos.
Eduardo, desde el perfil de mi hija
Completamente de acuerdo con vos Eduardo, es mejor ser uno mismo siempre que andar engañando a los demás, porque tarde o temprano las máscaras se caen y las verdades salen a la luz.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Estoy de acuerdo totalmente.
EliminarSaludos.
Eduardo, desde el perfil de mi hija
Yo también opino como tú, Eduardo,pero no siempre es fácil y bien por adaptación, por no "desentonar", por aparentar ser lo que no somos... si no nos queremos nosotr@s quién nos va a querer?
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso.
Completamente de acuerdo.
EliminarEduardo, desde el perfil de mi hija
Para desentonar un poco... creo que en la vida real podemos ponernos máscaras divertidas, protectoras, misteriosas, seductoras que nos cambian un poco y que nos permiten irnos a la cama con la misma tranquilidad que las personas transparentes.
ResponderEliminarUn abrazo Eduardo.
Las máscaras si realmente son "inocentes" no molestan ¡pero tienen que ser inocentes! hay otras que lastiman.
Eliminarsaludos.
Eduardo, desde el perfil de mi hija