* Si bien la consigna era comenzar con una frase determinada, me tomé la libertad de utilizarla no como inicio, sino destacada dentro del relato.
Muchas veces no nos damos cuenta de la soledad
en que vivimos y llegamos a creer, equivocadamente, que la vida es solamente
una sucesión de horas y días que van pasando a nuestro lado y nada dicen,
Son períodos vacíos que atravesamos y que sin
darnos cuenta se van amontonando ante nuestra total indiferencia.
Son esos momentos huecos que no dejan huellas
ni recuerdos, nada nos sirve, nada vale, y los días en que creemos vivir, son
tan grises que lastiman.
Todo se abandona, en nada se cree, todo nos
parece igual; es un muestrario de tristezas, de apatía…
Nada nos despierta el más mínimo interés y
hasta llegamos a lo peor, cuando sentimos que estamos perdiendo la fe y falta
poco para hundirnos en un total abandono, en todo: sentimientos, pensamientos,
que nos pueden ayudar en un futuro, aunque lejano.
Hasta llegamos a sostener que el amor no
existe, que es una cosa absurda y que todo es mentira.
Pero afortunadamente, algo sucede en forma
inesperada, que hasta nos hace desconfiar, creyendo que es apenas una fantasía,
algo irreal.
Pero después de tantas dudas y desconfianzas,
aparece algo así como un milagro que nos permite ver que todo ha cambiado.
Yo pude comprobar, de golpe QUE DESDE EL MISMO
INSTANTE EN QUE TE VI, SENTÍ QUE ME HABÍA ENAMORADO.
Ahora sonrío, ahora soy otro, no necesito más.
¡Te encontré! -así de simple-
Ahora soy otro.
Ahora sonrío.
Ahora lo sé y puedo decirlo a gritos ¡ya no
estoy solo! Ahora somos dos.
Más relatos sobre relaciones, en lo de San
El amor como la sonrisa hacen magia en nosotros, nos hace mas nobles y buenos. Hasta queremos ir mejorando cada día. Y que distinta se ve la vida sin ellos.
ResponderEliminarAbrazo.
Hay que tratar que el amor y la sonrisa vivan juntos. De nosotros depende.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
El amor todo lo puede.
ResponderEliminarUn saludo
Lo ideal es que perdure. Si se puede conseguir que sea eterno, mejor. Pero hay que ganarlo y merecerlo.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Tu texto me recordó un viejo poema que terminaba diciendo:
ResponderEliminar... pero aunque te lo lleves siempre todo
y luego alguna vez y de algún modo,
se queje de estar solo el mismo Dios,
yo no estoy solo nunca en mis entrañas
pues, aunque esté sin cielo y sin montañas,
contigo, Soledad, ya somos dos.
No quisiera sonar dramática, pero me siento un poco como lo que decis. Supongo que son épocas. Por lo menos la soledad - aun - no me molesta. Y si bien no espero específicamente un amor, si espero que algo me sacuda la modorra.
un abrazo
Yo diría¿somos dos? Somos multitud, gracias a dios!
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
QUE DESDE EL MISMO INSTANTE EN QUE TE VI, SENTÍ QUE ME HABÍA ENAMORADO.
ResponderEliminarEspero que todos hayan conjurados estas palabras alguna vez (aunque sea) la felicidad es infinita, la sensación de vacío desparece y todo luce no tan negativo ni catastrófico
Cuando esa frase de nuestro corazón hay que vivir repitiéndola. Después hay que agradecer que siga estando donde estaba.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
Nos perdemos en la rutina, desesperamos, nada tiene valor ni sentido, pero...ese día llega, tarde o temprano, el amor como un regalo inesperado, doble regalo, doble alegría.
ResponderEliminarGente de poca fe somos. Que dure, que exprima, que ese día se convierta en segundos llenos de sentido, en años.
Besito, hermosa forma de iniciar la frase de consigna, en el centro del relato, nos da vida y aire y sonrisa.
Cunado ese día llega, hay que tratar que "esa planta" no se marchite.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
El tedio de una existencia sin amor. Sólo el amor basta y sólo el amor nos hace humanos. Y libres.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando falta ese amor nos damos cuenta que ha nacido el tedio en nosotros.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija
El amor mueve montañas y levanta hasta el más moribundo.Todo estaba perdido hasta que llegó el amor. Parece mentira pero sucede, tienes razón.
ResponderEliminarUn saludo
Es así, hay que recomendarlo a los demás, a diario.
EliminarGracias por pasar y comentar.
Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Ahora, a mantenerlo vido cada día.
ResponderEliminarCada día y en todo momento!
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Ayyy, qué bello cuando se enciende esa chispa que nos enciende la mirada, la ilusión, y todo reverdece alrededor. Se crea una primavera interior. El amor, es así de maravilloso.
ResponderEliminarMuy bello texto, en que la soledad pierde su grisura y adquiere colores propios y vivaces, porque se torna compañía.
Besos!
Gaby*
Te deseo que esa primavera interior llegue a ser eterna.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Magnífico Eduardo, creo que esta semana tú y yo queremos hablar de lo mismo. Al final el amor es lo único importante y lo que nos mantiene vivos.
ResponderEliminarUn abrazo
Deseo que "sigamos vivos" siempre por muchas semanas que pasen.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Un relato muy emocionante. Me ha llegado eso de que "... los días en que creemos vivir, son tan grises que lastiman."
ResponderEliminarEl amor existe, bien dices, aparece y rellena ese vació que nos quedaba. Los días adquieren riqueza cromática.
Un cariñoso abrazo.
Espero que nunca vuelva ese vacío que quedaba. Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
EliminarTan definitivo y determinante como que salga el sol. Tan necesario como el aire...
ResponderEliminarMuy bueno leerte una vez más.
cariños jueveros
Gracias por tus palabras. Trataré de que no te falten lecturas futuras! Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Eliminarque hermoso me ha encantado y que difícil es encontrar aquella persona para compartir nuestra vida y simplemente decir ya no necesito más realmente me siento completa... ufff!!! que real y cierto relato que... lastimosamente el final no muchos lo comparten
ResponderEliminarNo hay nada difícil en buscar esa persona, pero encontrarla, a veces no es muy fácil...hay que insistir.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Terrible la soledad y qué felicidad cuando se conoce a otro que será parte nuestra. Dos en uno. Muy bueno
ResponderEliminarDOS EN UNO son multitud hay que buscar y tratar de hallar.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Es una belleza de carta desde la primera frase hasta la ultima. Cuando estamos desmotivados, los días pasan tal como los describes, días grises que no dejan recuerdos, eso cambia mucho cuando una ilusión nos acompaña, y si esa ilusión se llama amor, entonces, aunque diluvie, el sol no dejará de brillar. Me encantó. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras ¡que no te falte ese sol! y que el tuyo sepa iluminar al otro...Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
EliminarBuena conclusión a un relato que se inicia con desesperanza.
ResponderEliminarEl amor es un buen revulsivo en la rutina de la vida.
Saludos
Muchas gracias por tu visita y comentario.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Nuestra existencia se voltea en solo un instante, basta un cruce de miradas para que el amor brote. Muchas veces me paro a pensarlo ¿Que hace eso posible? sea lo que sea, es maravilloso. Comienza la carta con desesperanza y termina explosiva.
ResponderEliminarUn abrazo Eduardo.
Cuando ese amor brota las preguntas y los por qués sobran.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
He sentido esa soledad, ese vacío en mi propia carne. He vivido la sensación que describes magistralmente de que todos los días son anodinos, insustanciales vacios y he visto como el amor era capaz de transformar esos días en días alegres, optimistas, llenos de esperanza. Es un potente acicate el amor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu carta, Eduardo.
Un abrazo.
MORALEJA: primero el amor, después el amor, y siempre el amor...la sal de la vida
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Lo más triste y lo más bello de la vida, esa soledad que te roba las ganas de vivir y ese amor que aparece cuando menos lo esperas y cambia el mundo entero.
ResponderEliminarUn beso.
Ese amor que aparece borra todo lo malo de su ausencia. si lo regamos a diario no muere nunca.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Las dos caras de la moneda... la más profunda soledad y un paso adelante lo único que la mitiga, la compañía de alguien con quien se comparte...
ResponderEliminarBesos
Si sucede eso, no es necesario pedir nada más. Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
EliminarTenés razón en cada una de tus palabras, estamos en un mundo de descreimiento, de desconfianzas y de cosas superfluas.
ResponderEliminarPero bueno, leyendo tu final me lleno de esperanza.
Un abrazo enorme.
Espero que esa esperanza se concrete y tome cuerpo. Saludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
EliminarQue no falte amor en tu mochila (y que tu brazo mejore)
ResponderEliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.
Qué afortunados!!! :) Y que dure...
ResponderEliminarUn placer pasarme también por aquí. Veo que este espacio es del papá de Neogéminis. Encantada, pues, Eduardo.
Hasta pronto.
Besos.
Muchas gracias por tu comentario y visita.
EliminarSaludos, Eduardo, desde el perfil de mi hija.