Hace un tiempo, pensé que los seres humanos
estaban destinados para hacer el bien a sus semejantes.
Siempre creí -estaba seguro- que siendo
buenos, el paso del tiempo, no iba a ir degradándonos de a poco hacia la nada. Pensé
que en algunos casos, por falta de oportunidades para aprender a mejorar, la
vida no les permitió un aprendizaje adecuado.
Pero con el correr del tiempo, empecé a darme
cuenta que mucha gente, lejos de actuar como corresponde dentro de la verdad y
la decencia, elige conscientemente el otro camino, el de la mentira y la
hipocresía.
Hoy la vida me muestra que hay dos caminos
para recorrer, por uno, van muy pocas personas, podríamos decir que pueden
contarse con los dedos de la mano. En el otro, hay tantos, que en poco tiempo
estaríamos hartos de contar.
Más relatos de hartazgos en La Bitácora
Ojalá el camino correcto fuera el seguido por la mayoría. Seguramente ofrece menos placeres a corto plazo, pero seguramente es más satisfactorio a la larga; ya que la conciencia es el juez más severo. O debe serlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
don eduardo el joven...
ResponderEliminarsiempre he defendido que el humano, como mínimo, tomado en masa es un lobo para el hombre. inconscientemene también he defendido que en singular, ídem.
pero ho, y por primera vez, pienso que en realidad la maldad o la bomdad no es otra cosa que un producto de culturas, de costumbres. y en realidad, el humano es animal por encima de todo. y como animal tiene instintos. y el instinto lleva a la supervivencia: es decir, supervivir puede significar en un momento dado,por ejemplo, robar a tu hermana. ¿por qué? por en ese instante el humano logra algo para él, logra seguir adelante con más cosas en su poder...
no sé si se me entiende, joven eduardo.
medio beso.
será eso del libre albedrío, que más valioso la elección de algunos, aunque sean unos pocos.
ResponderEliminarun gusto leerte, y acompañar tus reflexiones.
un fuerte abrazo
Es una pena... pero cada día confirmo que abunda la hipocresía y la gente a doble faz. Por eso me aferro a quienes sé que vale la pena entregar mi confianza y afecto... esas personas son las que llenan de luz mi vida, espero no defraudarles jamás. Buena y realista tu reflexión.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Muy cierto lo que has dicho querido Eduardo, y en realidad es una pena
ResponderEliminarEn los seres humanos conviven conformando su esencia individual, una parte animal, instintiva, donde el espíritu de supremacía y supervivencia está muy presente y otra parte espiritual, donde valores como solidaridad, humanidad, bondad, respeto, etc. condicionan sus acciones. El camino por el que discurrimos es el resultado de hacia donde se inclina en cada momento la balanza.
ResponderEliminarAl menos así es como yo lo veo.
Un abrazo.
Todavía queda gente, aunque parezca mentira, que hace el bien a los demás. De no ser así, ¿que sentido tendría la vida? Siempre tenemos a nuestro lado quien hace bien o a quien nosotros le hacemos bien. Los demás que nos cuentas, espero que no tengan a nadie que les reconforte por ser como son.
ResponderEliminarBss.
Rompo una lanza en favor de los "justos"..
ResponderEliminarNo es que sean menos, es que no se les ve. la balanza está compensada y estoy segura, aunque mis ojos no lo vean, que triunfarán.
Un saludo
Y que pena llegar a este punto y comprobar esas realidades, cuando lo que se esperaba y para lo que vivió era para todo lo contrario, no?
ResponderEliminarAbrazos
pues es cierto, las elecciones vitales nos delatan y ahí está el problema. Prefiero quedarme en el lado d elos buenos. Un saludo
ResponderEliminarEl ser humano es libre de elegir, pero también debe asumir las consecuencias de sus actos, esto último tendemos a olvidarlo. Besote
ResponderEliminarTus textos, siempre Eduardo, nos ponen ese puntito de reflexión, es cierto que uno espera encontrar a personas en las que prevalezcan valores indiscutibles, justicia, bondad, lealtad etc, pero desgraciadamente no todos eligen ese camino, unos porque no les enseñaron, otros por que les resulta mucho más cómodo y facil el camino contrario, asumir las elecciones es lo que toca después.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y luchando los unos contra los otros en vez de colaborar, acabaremos entre todos con nuestro futuro.
ResponderEliminarSí, hay dos caminos, pero no conducen al mismo sitio.
Un abrazo.