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jueves, 16 de octubre de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO, MATRIMONIO POR IMPOSICIÓN



Toda aquella persona que en determinado momento de su vida toma la decisión de contraer matrimonio comprende que para cambiar la soledad en que vive, necesita alguien que esté a su lado acompañándolo.

Es necesario -lo ideal- que sea el comienzo de ese sueño tan ansiado para que, mediante esa unión, una nueva familia se forme.

Todo matrimonio bien pensado –de común acuerdo- debe tomar la resolución como esposo y esposa de compartir todo lo que la vida puede ofrecerles, con iguales derechos, con el compromiso de que con la mayor buena voluntad se logren sobrellevar los momentos difíciles que puedan aparecer y también con todo el derecho de disfrutar de cada situación agradable que puedan llegar.

Hay cierto tipo de matrimonio donde por un previo “arreglo” de las partes, ciertos derechos se especifican y que en lugar de ser totales, están condicionados a una forma de actuar y disponer por separado, alegando mantener desvinculados los patrimonios. Esto es mío, esto es tuyo.

Tengo la convicción de que el verdadero éxito de todo matrimonio no debe tener topes que limiten y determinen los derechos de cada uno: solo basta que ambas partes ofrezcan libremente todo lo mejor que pueda para que ese todo pueda compartirse.

Entiendo que ese es el respeto indispensable que cada uno debe sentir por el otro y que debe permanezca en lo posible invariable.

El aire que cada uno respira, no se elige, solamente se lo comparte, y para eso solamente hace falta la libre determinación de dos.


Jamás un matrimonio que no respete esa premisa podrá funcionar con equilibrio y bienestar. Nunca una imposición podrá sustituir el balance que hace crecer el amor.


Más relatos sobre matrimonios impuestos, aquí

2 comentarios:

  1. Hola, Eduardo dejas muy claros los puntos importantes para que un matrimonio dure y crezca en el amor.
    En un matrimonio impuesto es difícil que lleguen a amarse, puesto que uno de los dos o los dos, estan obligados a vivir con alguien que en la mayoría de los casos acaban odiando o que les hace daño hasta su presencia.
    Saludos amigo.

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  2. El matrimonio, o cualquier unión siempre ha de estar consensuada entre dos personas. Es sumamente doloroso que no sea así y encima si hay intereses de por medio.

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