Hubo un tonto soñador, que una vez, creyendo que
podía decir en dos palabras, todo cuanto había en su alma sobre ti, para
hacértelo saber, intentó escribir algo para que lo leyeras, algo
así, como una confesión...algo que, a veces, no se dice...¡tan guardado
está!...algo que, aunque quisiera gritarse, no se podría.
Pensó y pensó y entre tantas cosas, quiso poner como un
ejemplo, la inigualable belleza que hay cuando una temprana gota de rocío
mañanero se apoya quedamente en una rosa...
Quiso comparar esa visión con tu persona...creyó que eran
una misma cosa...algo que podía pasar de un estado al otro...y lleno de alegría
intentó comenzar a detallarla, a querer pintar sus semejanzas...¡quiso tantas
cosas!...pero no pudo, pues pronto comprendió en medio de su pena, que ni
siquiera podía comenzar...
El pobre tonto, al recordar todo lo que formaba lo tuyo, tu
pelo...tu cara...tus ojos...tu todo... comprendió que era imposible saber en tu
persona, dónde terminaba la rosa...y dónde comenzaba la gota...porque estaban
tan unidas una cosa con la otra, porque formaban un algo tan sin final y sin
comienzo, porque sabía "por qué no se sabe por qué" y no se salía del
por qué.
Tuvo que dejar inconclusa, la página que había comenzado a
escribirte, impotente ya de saber qué decirte.
Entonces, con amargura, sin atinar qué más poner, vio que
debajo quedaba un lugar en blanco para decirte en él, lo qué él era incapaz de
saber explicar.
Tímidamente puso tan sólo tu nombre...como comienzo...como
destino...como si fuera un goce...rozando apenas el papel, dejó mucho
lugar...mucho...todo en blanco y lo firmó.
Luego dobló la hoja, la puso junto a un pobre ramito de
violetas, el más sencillo que encontró...
¡no tenía más!...y le pidió al viento que mansamente lo
pusiera en tu camino para que lo vieras.
Luego se sentó...soñó que te llegaba...y sonrió.
Y cuentan ¡que no hubo nadie tan feliz!
Tu forma de decir es preciosa. Melancólica, nostálgica, con pinceladas de amarguras en ocasiones, llenas de fuerza, todas tus palabras.
ResponderEliminarMe ha encantado leer tus dos cartas, no dudes que volveré
Un abrazo.
muy agradecido por tus palabras te prometo volver con otros temas y me alegra saber que todavía queda en este mundo una persona que con pocas palabras puede ganarse una amistad muchas gracias
ResponderEliminarSaludos.
Eduardo
(desde el perfil de mi hija)
Hola Eduardo!
ResponderEliminarVengo desde el blog de Mónica...
Hay musas que son tan especiales que es complicado describirlas con palabras... O, como en tu caso, es muy difícil poder contarles con palabras el sentimiento que nace sólo con su presencia...
Un abrazo, y bienvenido a este "barrio virtual".
RoB
Gracias por la bienvenida al barrio virtual!
Eliminar(Eduardo, desde el perfil de mi hija)
Con la invitación de Neo, vengo a conocer tus textos.
ResponderEliminarBienvenido al barrio como dice Rob.
Saludos.
Muchas gracias por la bienvenida, Cecy, gracias por tu visita.
EliminarSaludos.
Eduardo, desde el perfil de mi hija
Hola Eduardo, yo tambien vengo desde el blog de Neo, tus cartas prometen, volvere de vez en cuando a leerte, si te parece bien....Bienvenido a mi pequeña alma. Saludos.
ResponderEliminarPor supuesto que serás bienvenida, muchísimas gracias por al visita.
EliminarSaludos
Eduardo, desde el perfil de mi hija